Reseña: Bleeder es una película danesa que definitivamente logró despertar sensaciones en mí: es difícil poner en palabras cuáles en particular, pero estuve durante toda su duración, estuve atraído, inquietado, intrigado. Aprecié mucho que el director Nicolas Winding Refn (quien muchos años después alcanzaría fama mundial con la película Drive -2011-) confíe tanto en el lenguaje visual; la película está llena de inusuales emplazamientos de cámara y composiciones que realmente funcionan como auxiliares de la narrativa. En otras palabras, Bleeder es una de esas películas en las cuales es más importante lo que se ve que lo que se dice. Winding Refn también logra mucho con muy poco; hay una escena en particular que parece engañosamente sencilla, pero que sin embargo, me dejó con un nudo en la garganta. Los actores hacen un perfecto trabajo en sus papeles, particularmente el siempre brillante Mads Mikkelsen en un personaje con el que definitivamente me sentí identificado: el cinéfilo con pocas dotes sociales. En resumen, quizás Bleeder no sea una película para todos los gustos, pero la recomiendo para quienes busquen algo distinto e inusual.
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