martes, 15 de noviembre de 2016
Camino (2008)
Reseña: Uf... va a estar difícil realizar una reseña sobre esta cinta, porque me dejó con sentimientos muy encontrados. Por un lado, Camino es una brutal y muy certera denuncia sobre el extremismo religioso, examinando precisamente cómo logra lavar el cerebro de muchas personas en una manera irreversible. Por otro lado, me pareció una cinta sumamente manipuladora y repleta de groseros golpes bajos. Camino es un relato sobre una pre-adolescente alegre y dulce (por cierto, excelente actuación de Nerea Camacho en ese papel) a la que se le diagnostica un cáncer terminal, y luego procede a retratar con sumo detalle todo el sufrimiento y calvario que atraviesa esa pobre joven. Confieso que, en la mayoría de los casos, no me gustan las películas sobre enfermedades; me parecen una vulgar explotación del sufrimiento que mucha gente lamentablemente atraviesa en la vida real. Y eso es exactamente lo que me hizo sentir Camino en muchos de sus momentos. Sin embargo (y acá llego a otro de los sentimientos encontrados que me dejó esta película), debo decir que todo ese padecimiento está retratado con un tremendo realismo, generando un potente y devastador efecto emocional que no se olvida fácilmente. Camino es una de las películas con las que más me cuesta llegar a un veredicto final: admiro algunos de sus aspectos, pero odio otros. No obstante, creo que, a fin de cuentas, eso debe tomarse como algo positivo, ya que, habiendo tantas películas genéricas y olvidables que dejan a la audiencia con una sensación de "meh", es respetable encontrarse con una cinta que provoca reacciones extremas, tanto positivas como negativas. Entonces, me cuesta determinar si Camino me gustó o no me gustó; sin embargo, logró quedarse en mi recuerdo, y definitivamente no deja ningún lugar a la indiferencia, lo cual definitivamente me parece algo valioso.
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