Reseña: Michael es una película cuyas escenas están plasmadas con frialdad y distanciamiento; eso resulta muy apropiado, sobre todo considerando el difícil tema que funciona como núcleo del guión (la pedofilia) y la presencia de algunas escenas escabrosas. Lejos de convertir a la cinta en una vacía experiencia morbosa, el director y guionista Markus Schleinzer muestra todo con una perturbadora sobriedad que termina incomodando a la audiencia, al mismo tiempo que muestra un muy buen dominio sobre el lenguaje visual, transmitiendo mucho con poco. También ayudan mucho las excelentes actuaciones de Michael Fuith y David Rauchenberger como el pedófilo/secuestrador y su víctima, respectivamente; ambos resultan absolutamente creíbles en sus papeles desde el primer instante, lo cual ayuda a la inmersión del espectador en el relato. En conclusión, una provocativa y muy interesante experiencia que cumple con su objetivo de enganchar a la audiencia... así como también de perturbarla.
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