Reseña: Cuando una película enfrenta el tema del "bullying", se corre el riesgo de caer en la demagogia y el amarillismo. Afortunadamente, en el caso de Después de Lucía, ocurre todo lo contrario, ofreciéndonos un relato sobrio y pudoroso, que gradualmente va envolviendo al espectador, hasta culminar en un final tan impredecible como satisfactorio. El director Michel Franco emplea un estilo muy interesante, utilizando tomas largas que fácilmente envuelven al espectador en cada una de las escenas hasta el punto de sentirse en compañía de los personajes. Las actuaciones son asombrosas, ya que todos los intérpretes encaran sus papeles con absoluta credibilidad y un sólido dominio de las emociones que sus personajes deben atravesar. Entonces, Después de Lucía es una cautivante película que enfrenta un tema sumamente delicado sin recurrir al más mínimo golpe bajo, y que ciertamente logra que el espectador sienta en carne propia las lamentables situaciones que atraviesa el personaje principal. A decir verdad, empecé a ver esta película con expectativas neutras, pero me terminé llevando una agradable sorpresa, por lo que la recomiendo con confianza.
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