Reseña: S.O.S.: Verano Infernal (ugh… ¿a quién se le ocurrió
meterle un título tan espantoso acá en la Argentina?) es una película que
retrata la vida en un gueto de ítalo-americanos en Nueva York en el verano de
1977, cuando el asesino apodado como “Hijo de Sam” atterorizaba a la gente.
Pero en esta extraordinaria película, no importa tanto el qué, sino el cómo. En
otras palabras, lo que hace que esta cinta sea tan especial es la increíble
manera en la que el director Spike Lee plasma la historia, llenando cada fotograma
de gran energía y un alucinante uso del lenguaje cinematográfico. Esta es una
de esas películas que son difíciles de describir; lo que hay que hacer es
simplemente verla, y deleitarse con la experiencia cinematográfica que Lee tan
expertamente logró ejecutar. Como ocurre con las mejores películas, mientras yo
veía S.O.S.: Verano Infernal, no quería que terminara nunca; eso habla por sí
solo del gran efecto que esta película provocó en mí. Definitivamente entraría
en un TOP 10 cinematográfico personal, y lamento que no sea una película muy
conocida, y que haya fracasado estrepitosamente cuando estuvo en los cines argentinos.
Pero espero que esa situación se revierta, y que más gente descubra la
fantástica experiencia cinematográfica que ofrece esta película. Y aunque a Lee
le ha estado yendo bastante mal con sus más recientes películas, le perdono
todo tan solo por haber hecho esta obra maestra, que es una de esas películas
que me recuerdan por qué amo el cine.
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