Reseña: Vidas Cruzadas (no confundirla con la controversial cinta Crash -2004-, que recibió el mismo título en la Argentina) es una cautivante película que examina fascinantes temas como el perdón, la culpa y la redención. Esta película toma un enfoque muy interesante, ya que nos muestra que no existen las personas totalmente buenas ni totalmente malas; simplemente seres humanos con tantas virtudes como defectos, y que todos podemos arrepentirnos y encontrar la redención, independientemente de cuán malo sea algo que hicimos. En esta, su segunda película como director y guionista, Sean Penn hizo un excelente trabajo, filtrando todos los mensajes de la película sin que parezcan pesados sermones; simplemente están muy bien incorporados a una trama fascinante, que mantiene el interés del espectador desde el primer fotograma hasta el último. Por si todo eso fuera poco, las actuaciones del elenco entero son fenomenales, particularmente la de Jack Nicholson, demostrando que su rango histriónico es asombroso, y que puede ir mucho más lejos que los personajes cínicos y mordaces en los que estuvo encasillado durante gran parte de su carrera. Nicholson logra que la angustia y desolación de su personaje sean realmente palpables. En resumen, Vidas Cruzadas es una película no muy conocida, pero merecedora de una entusiasta recomendación. Ah, y no puedo concluir esta reseña sin hacer mención a la monumental escena final, que es realmente antológica y está entre las más emocionalmente poderosas que he visto en mi vida como cinéfilo.
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