Reseña: Keane es un fascinante análisis sobre la fracturada mente de una persona esquizofrénica. Me gustó mucho el estilo empleado por el director Lodge Kerrigan en esta película, que genera una atmósfera muy real y palpable, logrando transmitir perfectamente el estado de angustia, desesperación y desolación que afecta al personaje principal. Y también ayuda mucho la increíble actuación de Damian Lewis, quien transmite todo lo que su personaje vive en su interior tan solo con sus expresiones y lenguaje corporal. Creo que es un bochorno que la actuación de Lewis haya sido completamente ignorada por los premios, ya que es un trabajo completamente creíble y carente de las morisquetas en las que caen otros actores cuando enfrentan un personaje con deficiencia mental (Sean Penn en Mi Nombre es Sam -I Am Sam, 2001- viene a la mente). El guión también merece mención, ya que le da profundidad y dimensión al personaje principal, retratándolo como una víctima de su enfermedad que, a pesar de todo, le gustaría poder tener una vida normal. En conclusión, Keane es un fuerte y muy interesante drama que merece ser recomendado, aunque con la debida advertencia de que no es una película particularmente fácil o agradable.
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