Reseña: Perdita Durango es un perverso y tremendamente entretenido homenaje al cine de explotación que tan popular fue durante los '70. Una de las cosas que más me gustó de esta película es que no le hace asco a nada; es una película hecha para adultos, y se enorgullece de eso. Qué diferencia con muchas películas actuales, que apuntan pura y exclusivamente al público adolescente, y por ello se sienten tímidas e insulsas. El guión (basado en una novela escrita por Barry Gifford, más conocido por haber sido co-guionista de la extraordinaria Carretera Perdida -Lost Highway, 1996-) está muy bien construido, y el director Álex de la Iglesia lo plasmó en imágenes con un estilo vertiginoso que inmediatamente envuelve al espectador. Las actuaciones también son muy buenas, particularmente la de Javier Bardem, quien logra que uno genere empatía con su personaje... sí, a pesar de ser un asesino, ladrón y violador. También me gustaría mencionar el muy peculiar sentido del humor de Perdita Durango, que complementa perfectamente el estilo de la película. En conclusión, ver Perdita Durango es como subirse a una montaña rusa: un trayecto implacable que nos lleva por distintos puntos, logrando una experiencia general emocionante y muy entretenida. Me gustan todas las películas de de la Iglesia que he visto, pero de todas ellas, definitivamente elegiría a Perdita Durango como mi favorita.
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