martes, 10 de enero de 2017
Demon (2015)
Reseña: Mientras veía Demon, había momentos que me resultaban interesantes, y otros que me resultaban un poco aburridos. Sin embargo, ahora, procesándola en retrospectiva, la estoy apreciando un poco más, e incluso creo que no le vendría mal una segunda mirada. Ciertamente es una cinta extraña, ya que combina terror y humor negro en proporciones iguales, de modo que hay escenas que hacen reír al mismo tiempo que generan un cierto desconcierto e incomodidad. El final es críptico, y creo que no he logrado entenderlo realmente (quizás me hubiera ayudado leer un poco sobre la religión judía -por cierto, debe ser la primera vez que veo una cinta sobre posesión satánica que ronda sobre el judaísmo en lugar del catolicismo- antes de ver la cinta). Pero lo que logra brindarle una dimensión perturbadora a la experiencia es una lamentable circunstancia de la vida real: el director y co-guionista Marcin Wrona se suicidó poco antes de presentar esta cinta en un festival de cine en Polonia; además, por lo que he leído, su vida fue muy oscura, y transcurrió por varios sucesos traumatizantes. Es por eso que Demon trasciende lo que uno ve en la pantalla; en cierto sentido, se la podría tomar como un testamento final de alguien con muchos demonios adentro suyo, y que de alguna manera, decidió plasmarlos de forma catártica en la pantalla antes de tomar esa terrible decisión. Y, aunque sea por una razón trágica, es innegable que eso logra brindarle un aura escalofriante a la película.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario