martes, 24 de enero de 2017
Tabú (Tabu, 2012)
Reseña: Uf... ¿Cómo hago para escribir una reseña de una película tan única e indescriptible como Tabú? Esta es una de esas cintas sobre las cuales es muy difícil expresar en términos concretos todo lo que tienen para ofrecer, ya que son experiencias que deben ser saboreadas y, sobre todo, "vividas" por cada espectador. Definitivamente, Tabú no será del gusto de todas las audiencias, pero es indudable que el director Miguel Gomes posee una potente visión y un virtuoso dominio del lenguaje cinematográfico. El guión también es digno de aplauso, ya que logra integrar perfectamente las múltiples vertientes narrativas en un todo unificado y fascinante, logrando que una complemente a la otra y viceversa, coexistiendo de manera orgánica y fluida. La preciosa cinematografía en blanco y negro subraya la atmósfera onírica que empapa cada cuadro de la cinta, y las actuaciones son muy expresivas. Mis disculpas si esta reseña está expresada en términos demasiado vagos o imprecisos, pero como dije anteriormente, es muy difícil poner en palabras los mágicos atributos de esta anómala y fascinante película. Simplemente, hay que verla y dejarse llevar por una experiencia que rehúsa a ser encasillada en cualquier género o fórmula cinematográfica. Lamentablemente, este es cine del que no abunda: original, desafiante, inmersivo y definitivamente inolvidable.
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