Reseña: Después de Une Nouvelle Amie (2014), una erótica comedia negra tan retorcida como entretenida, el director François Ozon realizó Frantz, una cinta que es el completo opuesto: grave, solemne y sin el más mínimo atisbo de humor. Frantz es una de esas películas que lucen correctas y prolijas, pero que nunca logran ser genuinamente cautivantes. El guión es medianamente interesante durante su primera mitad, pero eventualmente, pierde el foco narrativo, y la cinta se termina alargando más de lo necesario, lo que la vuelve ocasionalmente aburrida. De todas formas, las actuaciones son muy buenas, los aspectos técnicos lucen muy cuidados (particularmente la reconstrucción de época y la cinematografía, la cual es en blanco y negro durante la mayor parte del tiempo) y Ozon demuestra buena mano para crear atmósfera. De todas formas, me cuesta sentir particular entusiasmo hacia Frantz. Como dije previamente, esta es una de esas películas que están bien desde un punto de vista objetivo, pero que no ofrecen una experiencia genuinamente satisfactoria o memorable. Aún así, tiene suficientes virtudes para ameritar una modesta recomendación.
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