Reseña: Magic Magic tranquilamente podría formar un ciclo junto a Keane (2004), Spider (2002), The Living and the Dead (2006) y Queen of Earth (2014): todas logran retratar de manera muy elocuente y palpable el distorsionado punto de vista de personas con trastornos mentales, y cómo ello afecta sus vidas. Pasando a Magic Magic en particular, consigue meternos en la mente de su personaje principal de manera tan intensa y efectiva que terminamos sintiendo la misma opresión y agobio que ella, y como consecuencia, la experiencia se siente como una pesadilla de la que no podemos despertar (antes de que esto pueda malinterpretarse, quiero aclarar que esta no es una película de terror, a pesar de que sus afiches promocionales quieren hacer creer eso). Desde el primer fotograma hasta el último, el director Sebastián Silva (haciendo algo completamente diferente a La Nana -2009-, la otra cinta que he visto de su filmografía, lo cual es una buena muestra de su versatilidad) logra crear una atmósfera de inquietud e incomodidad hasta en las escenas más mundanas, lo cual hace a Magic Magic una de esas raras cintas que ofrecen experiencias que tienen que ser vividas por el espectador para entender realmente lo que tiene para ofrecernos. Por lo demás, las locaciones son perfectas, ya que su desolación complementa muy bien el guión y la dirección de Silva; el súbito final quizás moleste a algunas personas, pero a mí me pareció satisfactorio, porque le brinda un cierre contundente y memorable al relato; y no puedo dejar de mencionar la descomunal actuación de Juno Temple en el rol protagónico, la cual se siente tan desgarradoramente natural que la audiencia no tiene la más mínima dificultad para compenetrarse con su personaje y lo torturada que la hacen sentir sus perturbaciones mentales. En resumen, Magic Magic es una cinta inusual y fascinante que realmente logra cautivar al espectador, para luego dejarlo pensando.
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