martes, 26 de junio de 2018
Un Lugar en Silencio (A Quiet Place, 2018)
Reseña: Un Lugar en Silencio quizás no sea innovadora en lo que respecta a su trama propiamente dicha... pero sí lo es por cómo dicha trama está contada. Ambientada en un cercano futuro post-apocalíptica, seguimos a una familia que intenta sobrevivir del acecho de unos monstruos que atacan guiándose por el sonido, por lo que la familia debe hacer todo en el mayor silencio posible. Entonces, el director John Krasinski (quien también interpreta al padre) se apoya plenamente en las imágenes y en el uso del sonido para contar el relato, haciendo de Un Lugar en Silencio una experiencia auténticamente audiovisual que sabe sacar provecho de las herramientas del cine, prescindiendo casi por completo de elementos como exposición y diálogos (de estos últimos, hay solo unos pocos, y cuando la familia debe comunicarse entre sí, casi siempre lo hace mediante lenguaje de señas). El resultado final es una experiencia fresca, tensa y muy entretenida, que logra brindar un enfoque novedoso y atípico al género de terror.
A lo largo de noventa minutos (que se pasan muy rápido), Un Lugar en Silencio aprovecha cada escena para revelarnos algo esencial sobre la narrativa y los personajes, por lo que no hay ni un segundo que se sienta superfluo ni desperdiciado. Lo más notable es que, tan solo con el lenguaje visual, podemos percibir de manera inmediata los vínculos entre la familia, lo cual le brinda un trasfondo profundamente emocional a la experiencia. También es digna de mención la elegante manera mediante la cual Krasinski construye el suspenso, empleando la primera mitad para sembrar las semillas, para luego hacerlas florecer con toda intensidad durante la segunda mitad, hasta culminar en un final muy satisfactorio.
Por su parte, el cuarteto actoral que conduce la cinta es excepcional. Desde Krasinski y Emily Blunt (quienes están casados en la vida real) como los padres hasta Millicent Simmonds (quien también participó en Wonderstruck -2017-, otra película que supo hacer fascinante uso de las imágenes y el sonido para impulsar la narrativa) y Noah Jupe como los hijos, todos ellos brindan trabajos repletos de expresividad, además de tener una química tan creíble entre ellos que resulta fácil aceptarlos como una auténtica familia.
En conclusión, Un Lugar en Silencio me pareció una película muy recomendable, que indudablemente logra sobresalir dentro del panorama del cine de terror contemporáneo (más todavía dentro del terror comercial). En pocas palabras, sin llegar a ser perfecta, logra mantener la tensión y hasta crispar los nervios, sin por ello olvidarse de anclar todo a un fuerte centro emocional que le brinda resonancia, textura y respaldo al terror.
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