jueves, 15 de noviembre de 2018
Buscando... (Searching, 2018)
Reseña: "Un padre emprende una desesperada búsqueda de su hija desaparecida". Pocos argumentos suenan tan genéricos como ese, ya que se ha empleado en infinidad de thrillers mediocres y olvidables. Sin embargo, Buscando... parte de esa misma premisa para ofrecer una experiencia única y alucinante, que logra mantener constantemente en vilo al espectador con sus giros inesperados y su prodigioso dominio del lenguaje cinematográfico.
Cabe aclarar que Buscando... está realizada de manera muy particular, ya que toda la película transcurre en pantallas de computadora y celular, así como también fragmentos de noticieros. Eso quizás suene estático, pero la realidad es diametralmente opuesto. El director Aneesh Chaganty (haciendo un asombroso debut) logra que cada segundo de Buscando... sea vertiginoso y emocionante, haciendo que compartamos intensamente la desesperación que vive el protagonista. Y lo más loable de todo es que dicha proeza técnica no es un "gimmick" arbitrario, sino parte integral de la narrativa de la cinta.
Como sucede en las excelentes películas, Buscando... funciona en múltiples niveles. Además de ser un apasionante thriller, también es un conmovedor drama sobre la relación entre un padre y su hija. De manera inmediata, podemos sentir el profundo amor paternal que siente él por ella, por lo que luego resulta fácil compenetrarse con la cruzada que emprende el padre para encontrarla. Adicionalmente, Buscando... logra ser una película muy relevante para los tiempos actuales, retratando los peligros inherentes en las redes sociales, y cómo es posible tener toda una vida aparte en esos dispositivos electrónicos. Finalmente, la actuación de John Cho en el papel protagónico es brillante, logrando expresar sutilmente las emociones de su personaje, además de poseer un abundante carisma que le brinda una magnética presencia en escena.
En conclusión, Buscando... es una fascinante experiencia cinematográfica que logró mantenerme enormemente entretenido de principio a fin (los cien minutos de duración genuinamente se me pasaron volando), además de haber logrado crispar mis nervios y hasta generarme un nudo en la garganta en más de una ocasión. Definitivamente la contaré entre mis cintas favoritas de este año, ya que no es común encontrar una película que me involucre de manera tan intensa como espectador, al mismo tiempo que ofrece algo innovador.
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