viernes, 29 de marzo de 2019
Pacto de Justicia (Open Range, 2003)
Reseña: Pacto de Justicia es un western realizado con un agradable clasicismo, narrado con placidez y mesura, sobrios momentos emocionales que logran ser emotivos e impresionantes valores de producción, empezando por la espectacular cinematografía, que hace que todas las escenas luzcan como auténticas postales. No obstante, a pesar de tantos halagos, creo que, con una duración de casi ciento cuarenta minutos, Pacto de Justicia podría haber sido más compacta y concisa.
Pacto de Justicia logra inmediatamente que el espectador genere empatía con los personajes. Inicialmente, somos introducidos a los vaqueros Charley, Boss, Button y Mose (interpretados respectivamente por Kevin Costner -quien también dirigió la cinta-, Robert Duvall, Diego Luna y Abraham Benrubi), quienes son genuinamente queribles, lo cual hace que la audiencia se encariñe con ellos y se preocupe por su eventual destino. Indudablemente ayudan las actuaciones de los mencionados intérpretes, habitando sus roles con total credibilidad y manteniendo una perfecta química mutua.
La dirección de Costner transporta fácilmente a la audiencia al Lejano Oeste de finales del siglo XIX, auxiliada por una detallada reconstrucción de época. Por su parte, el foco del guion no radica en desarrollar secuencias de acción, sino en cultivar ricas relaciones entre los personajes, ilustrándonos con trazos delicados su carácter y los traumas que han tenido a lo largo de sus vidas. No obstante, aunque la acción no sea el principal foco de esta película, hay un extenso tiroteo cerca del final que está excelentemente filmado, logrando ser simultáneamente crudo y emocionante.
Sin embargo, no puedo negar que Pacto de Justicia es más larga de lo necesario. En particular, la sub-trama romántica que se desarrolla entre Charley y el personaje de Annette Bening me pareció francamente inútil, y podría haberse omitido por completo. De hecho, ocupa demasiado tiempo del tercer acto, y se siente como una obstrucción que opaca innecesariamente todos los demás elementos de la narrativa, ya que se siente añadida a la fuerza, sin suficiente justificación. Y si bien Pacto de Justicia nunca se torna aburrida, esas escenas están tan fuera de lugar que incluso parecen sacadas de otra película.
Aún así, hay mucho para valorar en Pacto de Justicia, aunque no puedo dejar de pensar que hubiera sido mejor ajustando la edición y extirpando unos veinte o veinticinco minutos. En fin, ha habido westerns del siglo XXI que me gustaron más (mis favoritos probablemente sean Django sin Cadenas -Django Unchained, 2012- y Bone Tomahawk -2015-), pero, de todas maneras, Pacto de Justicia es un sólido exponente de ese género, cuyo fino estilo y delicado manejo de emociones genuinamente logran transportarnos a otra época.
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