Reseña: Un Maldito Policía en Nueva Orleans es una película chiflada y desprejuiciada, que no le teme al ridículo ni a desconcertar al espectador. Debo admirar al guionista William M. Finkelstein y al director Werner Herzog por haberse arriesgado con una cinta así. Y aunque muchos dicen que la actuación de Nicolas Cage es mala (o "tan mala que es buena"), a mí me pareció brillante, ya que logra capturar a la perfección la adicción a las drogas que sufre su personaje y su locura sin nunca perder el eje humano de su rol, al mismo tiempo que logra hacerlo simultáneamente repelente y querible. Por el lado negativo, Un Maldito Policía en Nueva Orleans dura un poco más de lo necesario; creo que se podrían haber sintetizado algunos momentos que se sienten algo redundantes. Pero por lo demás, Un Maldito Policía en Nueva Orleans fue una hilarante y muy divertida experiencia, y la recomiendo con la advertencia de que el espectador tiene que saber de antemano en qué se está metiendo. Quienes esperen un thriller serio y convencional seguramente quedarán decepcionados; pero quienes acepten dejarse llevar por una película loca e inusual que desafía clasificación y todo convencionalismo seguramente quedarán satisfechos.
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