miércoles, 26 de diciembre de 2018

One Cut of the Dead (Kamera o Tomeru Na!, 2017)

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Reseña: Hasta el momento, nunca había incluido "spoilers" en estas reseñas, pero, en el caso de One Cut of the Dead, me permito hacer una excepción, ya que es imposible hacer una crítica de esta película sin revelar el giro que da un poco antes de la mitad. Entonces, quedan avisados: si planean ver esta cinta y quieren enfrentarse a ella lo más "en blanco" posible, dejen de leer acá, y lean los próximos párrafos después de haberla visto.

Los primeros treinta y siete minutos de One Cut of the Dead consisten en un plano secuencia donde vemos a un equipo de filmación y algunos actores filmando una película de zombies hasta que son acechados por zombies de verdad. Francamente, la película se me estaba haciendo un poco tediosa, ya que era una genérica cinta de zombies como ya se vieron miles, exacerbada por una línea narrativa extremadamente básica y la presencia de personajes carentes del más mínimo desarrollo (además, ni siquiera se mostraba mucho "gore"). No obstante, llegando al final de esos treinta y siete minutos, vemos el título de la película, y luego unos créditos hasta que la pantalla se pone negra. ¿Qué está pasando?

Eventualmente, la cinta retrocede un mes, y nos enteramos que lo que vimos previamente era simplemente un programa de televisión. Entonces, a partir de este punto, se abandona por completo el género de terror, y One Cut of the Dead termina siendo una comedia sobre los preparativos del programa y su eventual filmación. El problema es que no es muy graciosa como comedia, y cuando llegamos a la filmación del programa, terminamos viendo de nuevo muchas cosas que ya habíamos visto (desde otro punto de vista, es cierto, pero eso no quita que genere el hastío de estar viendo otra vez lo mismo en líneas generales).

One Cut of the Dead es una de esas películas que, en papel, suenan mucho más divertidas de lo que realmente terminan siendo. Su concepto "meta" no era una mala idea, pero creo que no está bien ejecutado, y una vez que se produce el giro previamente mencionado, la película termina dando vueltas sobre el mismo chiste una y otra vez... y encima de todo, dicho chiste ni siquiera tiene mucha gracia. Adicionalmente, One Cut of the Dead me pareció OTRA película que se siente como un cortometraje estirado, ya que se podrían haber obviado por completo los primeros treinta y siete minutos... pero si se hubieran extirpado, la película no hubiera llegado ni a los sesenta minutos de duración, por lo que no hubiera podido calificar como largometraje.

Entonces, One Cut of the Dead me pareció una película fallida que no me dejó satisfecho en ningún aspecto, por lo que no la recomiendo de ninguna manera. Como dije anteriormente, la idea detrás de la cinta no era mala por sí sola, pero el cine no se trata solo de tener una idea, sino también de tener el talento y la visión para saber ejecutarla. Si quieren ver una comedia en la cual parte de su relato está enfocado en los preparativos y posterior ejecución de una filmación (aunque, en este caso, se trata del rodaje de una película en lugar de un programa de televisión), la extraordinaria (y también japonesa) Why Don't You Play in Hell? (Jigoku de Naze Warui, 2013) es una opción infinitamente superior.

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