miércoles, 17 de abril de 2019

El Noveno Día (Der Neunte Tag, 2004)

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Reseña: La Segunda Guerra Mundial probablemente sea uno de los temas que el cine ha abordado la mayor cantidad de veces, y por ende, encontramos películas que encararon dicho conflicto desde diversos enfoques... por no mencionar muy diversos niveles de calidad. Dentro de ese nicho, la cinta El Noveno Día dista de estar entre las mejores (personalmente, creo que esas serían la poco vista The Grey Zone -2001- y la clásica El Pianista -The Pianist, 2002-), pero merece crédito por abordar un provocativo tema que difiere de lo que estamos acostumbrados a ver en el cine sobre la Segunda Guerra Mundial.

El Noveno Día gira en torno a un hecho poco conocido: un grupo de sacerdotes católicos que se oponían públicamente al nazismo fueron llevados a un campo de concentración; uno de ellos, Henri Kremer (personaje basado en una persona que existió en la vida real llamada Jean Bernard), fue liberado provisoriamente con el fin de cumplir un pedido por parte de un oficial de la Gestapo (en caso contrario, deberá volver al campo de concentración en un plazo de nueve días). Eso quiere decir que el tiempo que se dedica a retratar las atrocidades perpetradas por los nazis en el campo de concentración ocupa un tiempo breve de la cinta (aunque dichas escenas están retratadas de manera cruda e impactante), con el resto de la película rondando en conversaciones que tocan un amplio espectro de temas, particularmente relacionados con la religión y la guerra.

El hecho de que El Noveno Día se enfoque en diálogos que se desarrollan en iglesias o en la oficina de la Gestapo la hacía correr el riesgo de caer en la teatralidad (recuerdo que esto aquejó a la película Taking Sides -2001-, con la cual El Noveno Día tiene ciertos puntos en contacto). Afortunadamente, el director Volker Schlöndorff logró evitar eso, dotando a la película de un estilo cinematográfico que escapa el estatismo, utilizando un sutil pero eficaz manejo de cámaras y un ritmo pausado pero bien llevado y nunca monótono ni aburrido.

Ulrich Matthes brinda una excelente actuación como Kremer, logrando transmitir los tormentos internos de su personaje y su inquebrantable posición ante la fe con absoluta convicción y sin necesidad de palabras. Por su parte, August Diehl también logra destacar como el oficial de la Gestapo; hubiera sido fácil mostrarlo como un simple monstruo, pero Diehl lo dota de matices y capas que le brindan humanidad y hacen que su personaje trascienda la fácil categorización como villano. Las escenas que Matthes y Diehl comparten constituyen los mejores momentos de la cinta, y la dinámica mutua que generan es magnética.

Lo que quizás le faltó a El Noveno Día fue algún elemento más contundente para hacerla más memorable; no me refiero tanto a la trama, sino a ese indescriptible "algo" que le podría haber dado mayor fuerza e ímpetu como experiencia cinematográfica. Aún así, El Noveno Día me pareció una cinta interesante, la cual puedo recomendar con la advertencia de que esta no es una película épica sobre la Segunda Guerra Mundial, sino una experiencia más íntima y minimalista que aborda el conflicto en base a otra escala, lo cual le da una perspectiva diferente y atractiva.

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