martes, 23 de abril de 2019
Neruda (2016)
Reseña: A pesar de ser una de las figuras más importantes en la historia de la literatura latinoamericana, no conocía mucho sobre la vida de Pablo Neruda. Por ello, la película Neruda logró enseñarme abundantes aspectos de la vida de ese célebre poeta... aunque la cinta dista mucho de estar encarada como una biografía convencional, y eso es justamente lo que la hace interesante y distintiva, además de contar con sólidas actuaciones y perfectos aspectos técnicos.
Neruda transcurre en el año 1948, cuando el epónimo poeta era Senador de Chile, y su ideología comunista estaba en disidencia con la del Presidente Gabriel González Videla. Entonces, se ordenó la captura de Neruda, quien tuvo que escapar escondido pasando a la clandestinidad. Mientras tanto, seguimos los esfuerzos del policía Oscar Peluchonneau para atraparlo. Así es como Neruda (la película) va siguiendo dos hilos narrativo, logrando mantener igual atención a ambos para eventualmente hacerlos confluir en un final que hace incursionar a la cinta en un terreno poético que me pareció satisfactorio e ingeniosamente planteado.
En muchas ocasiones, he señalado la narración como un aspecto negativo de muchas cintas, pero, en el caso de Neruda, la narración a cargo de Peluchonneau me pareció su mejor aspecto, ya que le brinda un nivel "meta" a la película que me pareció inteligente y repleto de un sentido del humor tan sutil como efectivo. En pocas palabras, Neruda es una de las pocas películas que supo hacer buen uso de la narración, haciendo que sea un complemento de las imágenes en lugar de un estorbo.
Obviamente, queda claro que, a diferencia de muchas otras biografías, Neruda no está interesada en hacer un obsesivo recuento de hechos reales, sino en presentarlos de una manera que los pone en una perspectiva inusual, haciéndonos cuestionar dónde termina la verdad y dónde empieza la ficción. Pero esa incertidumbre enriquece la experiencia, ya que consigue despertar la imaginación de una manera que muchas "biopics" no logran, al mismo tiempo que ofrece un retrato vívido y complejo de una persona tan importante como Pablo Neruda.
Luis Gnecco y Gael García Bernal cargan con la película entera sobre sus hombros como Neruda y Peluchonneau (respectivamente), y lo logran perfectamente, brindando credibilidad y carisma a sus roles. El elenco secundario también hace un buen trabajo (aunque sentí un poco desperdiciado a un actor tan bueno como Alfredo Castro con un tiempo en escena tan escaso como González Videla), y el director Pablo Larraín conduce la experiencia con un sobrio pero eficaz estilo visual, además de sacar máximo provecho de algunas imponentes locaciones chilenas.
En conclusión, Neruda logra satisfacer tanto en lo recreativo como en lo didáctico, retratando a un importante personaje de manera novedosa y muy entretenida, evitando la solemnidad de una tediosa lección de historia. Por ello, la recomiendo con confianza; su mayor virtud fue dejarme con ganas de ver más "biopics" concebidas con tanta originalidad, a diferencia de tantas cintas de este género que resultan tan esquemáticas como olvidables.
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