miércoles, 13 de septiembre de 2017
Liberty Heights (1999)
Reseña: En manos de otro cineasta, Liberty Heights tranquilamente hubiera podido degenerar en sentimentalismo barato y golpes bajos. Pero gracias al sólido guión y sutil dirección de Barry Levinson, esta cinta está narrada con sensibilidad y buen gusto, evitando la solemnidad y empleando apropiados toques de humor (aunque no por ello se descuida el aspecto dramático) en su retrato de la vida de una familia judía allá por mediados de la década del '50.
En Liberty Heights, Levinson cuenta un relato semi-autobiográfico, y ciertamente se nota en muchos momentos lo cercana que siente esta historia, gracias a la honestidad emocional que logra impregnar en cada fotograma. Además, se examinan una amplia variedad de temas, pero ninguno se siente añadido a la fuerza; por el contrario, se integran de manera natural al guión. La reconstrucción de época está muy bien lograda, gracias a la atención al detalle demostrada, y los aspectos técnicos también son dignos de mención, particularmente la cinematografía, la cual permite apreciar un atractivo estilo visual que brinda genuina vida al período histórico retratado.
Por el lado negativo, Liberty Heights se extiende más de la cuenta. En su segunda mitad, empiezan a aparecer momentos que no logran aportar nada sustancioso, y que terminan inflando innecesariamente la duración de la película, por lo que se termina tornando un poco cansada en algunas ocasiones. Afortunadamente, las cosas repuntan un poco cuando llegamos al final, y eso me ayudó a disculpar esa queja hasta cierto punto.
En conclusión, el balance final de Liberty Heights definitivamente cae del lado positivo en mi caso, y la recomiendo como una agradable experiencia que verdaderamente logra transportar a la audiencia a otra época, además de ofrecer buenas actuaciones (destacando particularmente el trabajo de Ben Foster) y todos los atributos ya mencionados. Como dije al principio de esta reseña, esta cinta tranquilamente podría haber alcanzado insoportables niveles de cursilería y melosidad en otras manos, y es testimonio del talento de Levinson que Liberty Heights sea una película sobria sin por ello dejar de ser sincera y emotiva.
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