viernes, 22 de septiembre de 2017
Perfectos Desconocidos (Perfetti Sconosciuti, 2016)
Reseña: Seguramente hayan notado que una de las expresiones que más utilizo en mis escritos es "lenguaje cinematográfico", y eso se debe a que creo que ahí debe radicar la base de toda película. En otras palabras, creo que toda cinta debe saber "expresarse" en términos audiovisuales, confiando principalmente en el poder de las imágenes para contarnos una historia y hacernos partícipes de una genuina experiencia. Por todo eso, creo que una película como Perfectos Desconocidos es anti-cinematográfica.
Perfectos Desconocidos es básicamente teatro filmado. Antes de proseguir, quiero aclarar que no me estoy refiriendo al teatro de manera despectiva; de hecho, hay películas basadas en obras teatrales que me gustaron y que encontraron un interesante estilo visual, tales como La Duda (Doubt, 2009) o Suburbia (1996). Sin embargo, Perfectos Desconocidos me pareció teatro filmado en el sentido de que está filmada de manera absolutamente plana y estática, ya que no hay rastro del más mínimo estilo visual, y la sensación que me quedó como espectador es que un camarógrafo (todo está rodado de manera tan impersonal e insulsa que no parece que haya habido un director tras las cámaras) se subió a un escenario y se puso a filmar una obra de teatro.
Sin embargo, aunque me haya irritado que no haya la más mínima confianza en las imágenes, creo que ese no es el principal problema de Perfectos Desconocidos. Yo creo que la principal falla de esta película es el guión (que se enfoca en un grupo de amigos -tres parejas y un solterón- que se reúnen una noche y deciden compartir el contenido de sus teléfonos celulares como un reto que surge durante la velada), el cual me pareció obvio, forzado y burdamente subrayado. Las buenas películas son aquellas en las cuales se examinan muchos temas, pero nunca de manera explícita; por el contrario, se incorporan al relato de manera fluida, y nosotros solos nos vamos dando cuenta de ella. En Perfectos Desconocidos, ocurre lo contrario, ya que los temas que se tocan (todos ellos demasiado básicos, y algunos se sienten demodé incluso) están enunciados en voz alta, y repetidos una y otra vez, por si acaso no entendimos. El guión empieza con un cierto tono humorístico, el cual me pareció fallido ya que no me hizo reír ni me pareció simpático; pero lo peor llega cuando viene la parte "dramática", y hay varios momentos que me hicieron rechinar los dientes de lo burdos y forzados que se sienten. Y bueno, entre menos diga del final, mejor; me pareció sencillamente bochornoso.
En resumen, Pefectos Desconocidos es una película básica que se cree profunda; antipática cuando se cree simpática; y empalagosa e irritante cuando se cree emotiva. Adicionalmente, los personajes me parecieron demasiado unidimensionales como para encontrarlos interesantes, y ninguno de los actores me pareció particularmente carismático (ni siquiera Alba Rohrwacher, quien me ha dejado buena impresión en otras ocasiones). De todas maneras, sé que Perfectos Desconocidos gustó mucho en general, así que quizás el equivocado sea yo. Pero en mi caso personal, odié esta película, y es una de las pocas que realmente me arrepiento de haber visto.
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