viernes, 9 de febrero de 2018
Roman J. Israel, Esq. (2017)
Reseña: A pesar de haber recibido críticas generalmente negativas, yo tenía muchas ganas de ver Roman J. Israel, Esq. por ser la segunda película como director de Dan Gilroy (más conocido por su prolífica carrera como guionista), previamente responsable de Nightcrawler (2014), una de mis películas favoritas. Y debo decir que Roman J. Israel me pareció muy superior a lo que los críticos en general pensaron de ella, y me sirvió para confirmar a Gilroy como un director maduro y rebosante de visión que merece mucha atención.
Aunque las respectivas tramas de Nightcrawler y Roman J. Israel, Esq. son muy diferentes entre sí, encontré algunos valiosos aspectos tangenciales que tienen en común. Para empezar, es notable el detalle con el cual Gilroy (tanto como guionista y como director) sabe capturar mundos muy particulares. En Nightcrawler, retrató el funcionamiento de la "industria" dedicada a grabar videos de accidentes y delitos, así como también su cercana relación con los medios de comunicación. En Roman J. Israel, Esq., Gilroy pone el foco de atención en el mundillo jurídico, con todos sus "tejes y manejes" y sus vericuetos. En consecuencia, Gilroy pone tanta minucia y dedicación para pintar el entorno donde se mueven los personajes que esos mundos resultan sumamente creíbles, y le permiten al espectador sumergirse en ellos de manera inmediata.
Otro aspecto que Roman J. Israel, Esq. tiene en común con Nightcrawler es que el eje del relato gira en torno a un fascinante personaje central. En este caso particular, el epónimo Roman es un abogado que siempre mantuvo rectitud y una conducta intachable a lo largo de su carrera, pero... bueno, no diré más para no revelar "spoilers", pero se trata de una persona repleta de capas y matices, lo cual realza su humanidad y nos permite empatizar fácilmente con él. Claro, también ayuda mucho la extraordinaria actuación de Denzel Washington en ese rol; además de su impecable trabajo actoral, nos ofrece (como siempre) un tremendo carisma y una magnética presencia que logra hipnotizar al espectador. Creo que, actualmente, muy pocos intérpretes tienen un peso escénico tan fuerte como el de Washington, quien logra elevar cada película en la que participa (incluso cintas mediocres como El Justiciero -The Equalizer, 2014- o El Vuelo -Flight, 2012-) con su "imán".
Sin alcanzar las excelsas alturas de Nightcrawler, Roman J. Israel me pareció una película muy interesante, cuyo guión logra integrar múltiples vertientes de manera orgánica y fluida, dando como resultado una experiencia entretenida y satisfactoria, apoyada adicionalmente por la sólida dirección de Gilroy y la increíble actuación de Washington. Como dije al principio de esta reseña, aunque Roman J. Israel, Esq. haya decepcionado a muchos críticos, a mí me gustó bastante, y definitivamente seguiré esperando las futuras cintas de Gilroy con mucho entusiasmo, ya que hacen falta más cineastas como él, dedicados a realizar cine inteligente y adulto que no descuida su función como entretenimiento.
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