domingo, 8 de abril de 2018
El Nuevo Mundo (The New World, 2005)
Reseña: Como es costumbre en las películas dirigidas por Terrence Malick, El Nuevo Mundo no está interesada en seguir una línea narrativa tradicional, sino en adoptar un tono filosófico y meditativo. En este caso, dicho estilo está aplicado a un relato ambientado en la época cuando los ingleses colonizaban Estados Unidos, y el choque de culturas que se produjo entre ellos y los indios nativos. A decir verdad, dentro de la filmografía de Malick, me gustaron más El Árbol de la Vida (The Tree of Life, 2011) y, especialmente, La Delgada Línea Roja (The Thin Red Line, 1998), pero aún así, hay mucho para apreciar en El Nuevo Mundo (aunque los múltiples detractores de Malick seguramente no cambien de opinión al ver esta cinta).
Los aspectos técnicos de El Nuevo Mundo son indudablemente extraordinarios: la cinematografía del virtuoso Emmanuel Lubezki, la bella música del fallecido James Horner, el diseño de producción de Jack Fisk... todo ello contribuye significativamente a la atmósfera conjurada por Malick, y hacen que El Nuevo Mundo sea una experiencia genuinamente envolvente, transportándonos con suma facilidad al universo de la cinta.
En cuanto a los personajes... acá es donde tengo algunos reparos. Generalmente me gusta el trabajo de Colin Farrell como actor, pero su actuación en esta cinta se siente algo insulsa; francamente, no sentí que transmitiera muchas emociones al espectador, ni tampoco el amor que eventualmente desarrolla con una nativa de Virginia (el lugar donde desembarcaron los ingleses). De hecho, el flojo trabajo de Farrell se ve aún más opacado cuando el foco pasa al personaje de Christian Bale, cuyo desempeño es mucho más creíble y expresivo. En el rol de la previamente mencionada nativa, Q'orianka Kilcher brinda una fantástica actuación (aunque me pareció muy inverosímil la rapidez con la cual su personaje aprende a hablar inglés); lástima que su carrera como actriz no haya prosperado mucho. El resto del elenco pasa completamente desapercibido, pero no por culpa de los intérpretes, sino porque sus roles están escritos de manera tan superficial que terminamos sin saber prácticamente nada sobre ellos.
Además de eso, no puedo negar que hay algunos momentos de El Nuevo Mundo que se sienten pretenciosos, pero, a pesar de mis quejas, quedé satisfecho en líneas generales con esta película. Como dije en el primer párrafo, creo que Malick ha hecho cosas mucho mejores en su filmografía, pero aún así, me sentí inmediatamente transportado al mundo (ahem) de esta cinta, principalmente por la etérea sensibilidad del director y las múltiples sensaciones que logra despertar con su elocuente utilización del lenguaje cinematográfico.
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