jueves, 31 de enero de 2019

Auto Focus (2002)

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Reseña: Bob Crane fue un actor que protagonizó, entre 1965 y 1971, la popular (al menos en Estados Unidos) serie Hogan's Heroes, una sitcom que curiosamente transcurría en un campo de concentración nazi. Sin embargo, Crane terminó arruinando su vida y su carrera con la amistad que entabló con John Carpenter (quien no tenía nada que ver con la famoso director de cine del mismo nombre), un técnico de video que lo introdujo al mundo de las orgías y el descontrol. La película Auto Focus es una biografía de Crane, y, a pesar de durar un poco más de lo necesario, logró sostener mi interés con su mirada a la vida de ese malogrado actor.

Mientras veía Auto Focus, me vinieron a la mente dos películas: Boogie Nights (1997) y Hollywoodland (2006). Al igual que la primera, Auto Focus retrata la atmósfera de sexo y desenfreno en Los Ángeles durante una época específica; al igual que la segunda, vemos la gradual debacle de un actor, retratando elocuentemente lo difícil que resulta luchar con la fama y prosperar en una industria como Hollywood. Sin embargo, más allá de esas similitudes, Auto Focus rebosa de la personalidad característica del director Paul Schrader, quien siempre ha mostrado interés en retratar el universo masculino, ya sea en otras cintas que ha dirigido (Días de Furia -Affliction, 1997-, First Reformed -2017) o en las que trabajó como guionista (Taxi Driver -1976-, Toro Salvaje -Raging Bull, 1980-, Vidas al Límite -Bringing Out the Dead, 1999-). En esta ocasión, el eje gira en torno a Crane y Carpenter, dos hombres cuya adicción al sexo se apodera de sus vidas a un nivel extremo, aunque eso no significa que Schrader pierda de vista la humanidad y matices de ambos.

Las actuaciones de Greg Kinnear y Willem Dafoe como Crane y Carpenter (respectivamente) son excelentes. Ambos logran componer personajes complejos de manera sumamente creíble, y su química es tan buena que se acepta de manera inmediata los vaivenes que experimentan sus personajes en su amistad. Por el otro lado, María Bello y Rita Wilson están algo desperdiciadas como las dos esposas que Crane tuvo; no quedan mal, pero no tienen mucho contenido sustancioso con el cual trabajar. Finalmente, quiero hacer mención del brillante desempeño de Ron Leibman como el agente de Crane; francamente, este actor me resultaba un total desconocido, pero me sorprendió muy gratamente en esta cinta, revelándose como uno de esos actores de carácter que logran dejar auténtica huella en los roles que interpretan, independientemente del tiempo que estén en escena.

Como dije anteriormente, Auto Focus se extiende un poco más de lo necesario, particularmente en la parte media, la cual se torna un poco redundante y podría haberse acortado un poco. Pero, por lo demás, Auto Focus me pareció una interesante experiencia, bien escrita, dirigida y actuada, que amerita ser recomendada. Finalmente, quizás el hecho de que la película gire en torno al sexo ahuyente a algunas personas, pero debo decir que la cinta no se regodea en eso ni retrata cosas explícitas, ya que está interesada en meterse en territorio más rico y profundo partiendo de esa base.

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