sábado, 2 de diciembre de 2017
Cruising (1980)
Reseña: Antes que nada, debo hacer una advertencia: Cruising decepcionará a aquellos espectadores que deseen ver un thriller convencional estructurado en tres actos. Tomando como punto de partida a un policía que está tras la pista de un asesino serial cuyas víctimas son hombres homosexuales, el legendario director y guionista William Friedkin desarrolla un relato atmosférico y envolvente que deja muchas cosas abiertas a la interpretación y que no está interesado en dar respuestas, sino plantear estimulantes preguntas. Personalmente, aprecié mucho ese enfoque, porque siempre me gusta toparme con películas que no nos dan todo pre-digerido, sino que nos invitan a trabajar por nuestra cuenta y completar la historia en nuestras cabezas en base a las herramientas dadas.
Friedkin desarrolla una perfecta atmósfera a lo largo de la cinta, haciéndonos partícipes íntimo de un entorno sórdido y hasta "oculto", por lo cual la audiencia se termina sintiendo una especie de "voyeur" de las cosas que suceden en la pantalla. Además, la actuación de Al Pacino es sobria pero excelente, mostrando la gradual transformación de su personaje de manera tan sutil como efectiva. Por último, fue refrescante encontrar en el personaje principal a un policía que no es alcohólico, ni divorciado ni depresivo.
En conclusión, Cruising es una experiencia hipnótica, que quizás no sea del gusto de todos los paladares, pero que indudablemente muestra audacia y confía en la inteligencia de los espectadores, a diferencia de tantas otras cintas que nos toman de idiotas y tienen que dejarnos cada ínfimo detalle servido en bandeja (en este aspecto, no puedo evitar darle otro palo a ese esperpento llamado Perfectos Desconocidos -Perfetti Sconosciuti, 2016-). Muy recomendada para aquellos que busquen una película intensamente visceral que ofrece abundante material para despertar la mente.
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