jueves, 4 de enero de 2018
Lucky (2017)
Reseña: El gran actor Harry Dean Stanton murió en septiembre del 2017, poco antes del estreno comercial de Lucky, protagonizada por él (cosa poco habitual en su filmografía, ya que casi siempre interpretaba roles secundarios). Y definitivamente fue una despedida a lo grande (aunque todavía queda por estrenarse Frank and Ava, otra cinta en la que él participó), con una actuación sublime, repleta de matices que hacen que su personaje resulte instantáneamente entrañable y conmovedor. Además, el hecho de que Stanton interprete a un nonagenario que siente la cercanía de la muerte le brinda una dimensión adicional al personaje, aunque sea por la lamentable circunstancia de su fallecimiento en la vida real. Adicionalmente, por si el monumental trabajo de Stanton no fuera suficiente, Lucky me pareció una estupenda película que indudablemente merece una muy entusiasta recomendación.
El guión de Lucky es sencillo. A lo largo del metraje de la cinta, vemos al personaje principal en su rutina diaria, paseando por el pequeño pueblo donde vive, intercambiando conversaciones con otras personas y reflexionando sobre su mortalidad a raíz de un pequeño desmayo que sufrió en su casa. Sin embargo, por debajo de esa aparente sencillez, el guión oculta asombrosos niveles de profundidad en sus diálogos, por no mencionar que logró generarme un nudo en la garganta en más de una ocasión. Además, la duración de menos de una hora y media hace a Lucky increíblemente eficiente; no hay absolutamente nada que falte ni sobre, y cada momento enriquece el tapiz emocional y narrativo de la película, haciendo que hasta los detalles más ínfimos revelen mucho sobre los personajes. En algunos aspectos, Lucky me recordó la película Paterson (2016), la cual también retrató la belleza que se oculta en la rutinaria vida diaria; aquella cinta también me gustó, pero Lucky me pareció más lograda, principalmente porque me dejó más satisfecho en el nivel emocional.
Si bien Stanton carga con la película entera sobre sus hombros (lo cual logra de manera magnífica), también hay mencionar la labor del elenco entero, ya que cada uno de los intérpretes (entre los cuales se encuentra el mismísimo David Lynch) logra dotar a los roles de algo especial que los hace memorable, independientemente del tiempo que estén en pantalla. Por su parte, el director John Carroll Lynch (haciendo su debut tras las cámaras, aunque cuenta con una prolífica carrera como actor de carácter) conduce la cinta con seguridad y firmeza, manteniendo un tono sobrio, aunque no por ello olvidó brindarle a la experiencia una distintiva personalidad.
En conclusión, Lucky me pareció una excelente cinta, y una demostración de que, partiendo de la premisa más sencilla, se puede lograr una experiencia profunda, emotiva y fascinante. No suelo utilizar el término "pequeña gran película", pero no se me ocurre una mejor manera que esa para describir Lucky, la cual además funciona como una genuina "cereza del postre" para la filmografía de Stanton, brindando, en uno de los últimos roles de su vida, una de las mejores actuaciones que jamás haya visto (les aseguro que no es hipérbole).
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