miércoles, 24 de enero de 2018
Mississippi Grind (2015)
Reseña: El principal problema de Mississippi Grind es que tarda bastante en encontrar su ritmo. A decir verdad, el primer tramo de este relato sobre las peripecias de dos jugadores compulsivos me estaba aburriendo; me parecía que estaba dando vueltas una y otra vez sobre lo mismo, y notaba una falta notoria de impulso y enfoque narrativos. Sin embargo, la película mejora mucho en su segunda mitad, retratando de manera sutil pero poderosa el laberinto sin salida en el cual los jugadores terminan atrapados.
Lo que más me gustó de Mississippi Grind es la manera en la cual retrata la adicción al juego, mostrándola como un vicio que afecta la vida de algunas personas, quienes siguen en él no tanto por placer, sino para poder saciar su necesidad interna. Además, ayuda mucho la excelente actuación de Ben Mendelsohn, transmitiendo la angustia y agobio experimentados por su personaje sin necesidad de palabras. Lamentablemente, Ryan Reynolds se queda un poco corto en el rol co-protagónico; su trabajo no es malo, pero tampoco logra transmitir todos los niveles emocionales requeridos por su personaje, y eso hace que quede opacado por Mendelsohn.
Entonces, hay que tener paciencia con Mississippi Grind. Cuesta "entrar" en ella debido a su inicialmente flojo ritmo, pero eventualmente, la segunda mitad recompensa esa debilidad, por lo que, a fin de cuentas, creo que merece una recomendación (con algunas reservas) como un drama simultáneamente íntimo y profundo, el cual deja un sabor agridulce, pero, a fin de cuentas, satisfactorio.
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