lunes, 15 de abril de 2019
Borg McEnroe (2017)
Reseña: Los deportes no me atraen en lo más mínimo, y quizás por eso las películas que giran en torno a ellos no suelen interesarme mucho (una honrosa excepción que se me ocurre en este momento es Un Domingo Cualquiera -Any Given Sunday, 1999-). Por ello, tenía bajas expectativas antes de ver Borg McEnroe, la cual, como el mismo título augura, retrata la rivalidad entre esos dos legendarios tenistas, hasta culminar en la final de Wimbledon en el año 1980. Y si bien admito que la cinta me mantuvo medianamente entretenido, no me pareció nada excepcional ni particularmente memorable a fin de cuentas.
Borg McEnroe retrata elocuentemente la constante presión que los deportistas de elite viven en el día a día. Desde los arduos entrenamientos (los cuales presenciamos en flashbacks) hasta el momento se salir a la cancha, el director Janus Metz logra generar una atmósfera apropiadamente tensa que nos permite compartir el estrés que los protagonistas enfrentan como parte de su rutina. Eventualmente, llegamos al enfrentamiento final entre Borg y McEnroe, y, a pesar de mi apatía hacia los deportes, reconozco que está bastante bien filmado y genera adecuados niveles de emoción, aunque me sentí un poco perdido con las reglas del juego simplemente porque no las conozco.
El foco de Borg McEnroe se enfoca en Björn Borg y John McEnroe más como deportistas que como personas, y creo que de ahí se desprende mi principal queja contra la película. A fin de cuentas, siento que nunca logré conocerlos a ellos a fondo, y eso dificultó mi creación de empatía con los personajes. Borg McEnroe se queda en un retrato superficial de ambos (Borg siempre me mostraba frío y distante, mientras que McEnroe era completamente lo opuesto, con una personalidad siempre explosiva que despertaba abucheos en el público) sin realmente ahondar en su naturaleza.
No obstante, esa queja que tengo sobre la forma en que los protagonistas estuvieron escritos se ve aminorada hasta cierto punto por las sólidas actuaciones de Sverrir Gudnason y Shia LaBeouf como Borg y McEnroe (respectivamente), logrando aportar carisma y credibilidad a sus desempeños. El resto del elenco pasa bastante desapercibido (no por culpa de los actores, sino porque no tienen material particularmente sustancioso con el cual trabajar), exceptuando al gran Stellan Skarsgård como el manager de Borg, quien además fue el cazatalentos que lo descubrió cuando era adolescente.
Teniendo en cuenta mi indiferencia hacia los deportes, considero loable que Borg McEnroe no me haya aburrido, y creo que eso se debió principalmente a la dinámica dirección de Metz y las actuaciones de Gudnason, LaBeouf y Skarsgård. Entonces, creo que eso es suficiente para darle una recomendación, agregando que seguramente los seguidores del tenis la disfrutarán más que yo y captarán los detalles que yo me perdí o no entendí.
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