miércoles, 30 de mayo de 2018
The Dark Valley (Das Finstere Tal, 2014)
Reseña: Aunque muchos lo consideren un género muerto, ha habido varios westerns en lo que va del siglo que me gustaron (como Hostiles -2017-, Los Siete Magníficos -The Magnificent Seven, 2016-, Bone Tomahawk -2015-, Django sin Cadenas -Django Unchained, 2012- o Temple de Acero -True Grit, 2011-). Creo que lo que más me atrajo de esas películas fue su clasicismo, así como también su manera directa de contar relatos de héroes contra villanos, sin olvidarse de ofrecer ciertas dosis de profundidad narrativa y emocional. Por eso, tenía buenas expectativas antes de ver The Dark Valley, ya que además tenía el valor agregado de tener una procedencia inusual para un western (esta cinta es una co-producción austríaco-alemana). Lamentablemente, el resultado final fue bastante decepcionante, ya que me pareció una experiencia tediosa y carente del más mínimo interés.
El principal problema de The Dark Valley es su guión, el cual es tan obvio y predecible cuya trama se adivina durante los primeros diez minutos. Sin embargo, la cinta da vueltas y vueltas con un ritmo innecesariamente lánguido para llegar a donde ya se había adivinado desde los primeros minutos, estirando la duración hasta casi dos horas que se sienten interminables. Adicionalmente, The Dark Valley es una de esas películas que que recaen en una narración excesiva, cuyo fin es meramente explicativo. No estoy en contra de la narración por sí misma, siempre y cuando esté utilizada como un complemento de las imágenes, en lugar de funcionar como sustituto, como en este caso.
En cuanto a los personajes de The Dark Valley, entre menos se diga, mejor. El protagonista es un cero a la izquierda, y no genera la más mínima empatía con el espectador; además, el actor Sam Riley carece de carisma y presencia, y le queda demasiado grande cargar con una película sobre sus hombros. Los villanos son risibles, y están escritos de manera tan superficial que son prácticamente intercambiables entre sí. El final de la cinta es tan predecible como el resto de la experiencia (además de incluir uno de los "deus ex machina" más forzados que he visto en mucho tiempo), aunque fue un verdadero alivio llegar a la que terminó siendo mi parte favorita: los benditos créditos finales.
En conclusión, The Dark Valley me pareció lisa y llanamente una mala película. El guión es tan básico que parece escrito a las apuradas; todos los personajes generan indiferencia; la dirección de Andreas Prochaska es impersonal; y, lo peor de todo, la experiencia me pareció insoportablemente aburrida (en más de una ocasión, tuve que esforzarme para que no se me cerraran los ojos). En lugar de perder el tiempo con este bodrio, los demás westerns que mencioné en el primer párrafo de esta reseña me parecen opciones infinitamente más recomendables; todos ellos le rindieron homenaje al género, y, al mismo tiempo, supieron actualizarlo para audiencias modernas.
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