miércoles, 27 de marzo de 2019
Stan & Ollie (2018)
Reseña: Francamente, nunca he sido seguidor de la trayectoria de los comediantes Stan Laurel y Oliver Hardy (más conocidos como "El Gordo y el Flaco"). De hecho, creo que jamás he visto un "sketch" suyo completo. De todas maneras, les puedo asegurar que no hace falta ser fanático de ellos para disfrutar enormemente Stan & Ollie, una brillante película que logra genuinamente conmover con su retrato de la profunda amistad entre ambos comediantes.
Stan & Ollie transcurre en 1953 (luego de un prólogo ambientado en 1937), cuando el dúo ya no se encontraba en sus mejores épocas, y se embarcaron en una gira por el Reino Unido. Lo que la cinta logra capturar perfectamente bien es la pasión que ambos nunca dejaron de sentir por su oficio, de paso ofreciendo una deliciosa mirada al "detrás de escena", lidiando con productores y un hipócrita empresario teatral (muy bien interpretado por Rufus Jones, por cierto) y luchando por obtener financiación para una película de Robin Hood. También me gustó mucho la recreación de los espectáculos de Laurel y Hardy, remontando a una época en la cual era posible ofrecer un humor simultáneamente sano y gracioso, en lugar de la vulgaridad y chabacanería que vendrían años más tarde.
Sin embargo, el punto fuerte de la película es el estupendo retrato de la amistad entre Laurel y Hardy, la cual está mostrada de manera tan sutil y tan poderosa a la vez que me dejó con un nudo en la garganta en más de una ocasión. Claro, también ayuda que ambos personajes estén respectivamente interpretados por dos geniales actores como Steve Coogan y John C. Reilly, quienes son capaces de transmitir una inmensa gama de emociones tan solo con sus expresiones y cambios de mirada. En muchas otras películas, los personajes de las esposas son genéricos y olvidables, pero ese no es el caso de Stan & Ollie. Nina Arianda (como la esposa de Laurel) y Shirley Henderson (como la de Hardy) interpretan personajes ricos en matices que complementan a la perfección a los protagonistas, y ambas actrices les hacen justicia con trabajos detallados y totalmente creíbles.
Por su parte, el director Jon S. Baird conduce la experiencia con mesura y buen gusto, generando una atmósfera cálida y placentera que hace que todo fluya de manera natural y muy entretenida. La reconstrucción de época está bien lograda, pero Baird cometió la buena decisión de no excederse en ella, ya que el foco está puesto en el rico tapiz emocional, la evolución que experiementan los personajes a lo largo de la película y en dejar brillar al talentoso elenco.
En la superficie, Stan & Ollie parece una película simple, pero su grandeza consiste en dejar que su profundidad y sus múltiples capas decanten por sí solas y se integren naturalmente, lo cual la hace genuinamente perdurar en el recuerdo. A fin de cuentas, Stan & Ollie me pareció una película excepcional que logra ser entretenida, nostálgica, graciosa y emotiva apelando a las mejores armas. A decir verdad, mis expectativas antes de ver esta cinta eran neutras, y fue una muy agradable sorpresa encontrarme con una auténtica joya que lamentablemente pasó desapercibida. Como sea, espero que sea re-descubierta, ya que sería injusto que una película tan buena quede relegada a la oscuridad.
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