miércoles, 6 de marzo de 2019
Aquaman (2018)
Reseña: Aquaman es la primera película del Universo Cinemático de DC que he visto (el cual se inició en el 2013 con El Hombre de Acero -Man of Steel-), y la pondría más o menos a la par de la mayoría que vi del Universo de Marvel (sobre todo Thor: Ragnarok -2017-)... lo cual no es mucho decir. Aquaman es básicamente un muestrario de efectos especiales de casi dos horas y media, lo cual nos brinda varias secuencias que llaman la atención por lo visual... aunque la experiencia general resulte hueca y olvidable por lo superficial que se siente en lo que respecta a lo narrativo y lo emocional.
El guion de Aquaman sigue la modular estructura que suelen tener los videojuegos, por lo que básicamente presenciamos una serie de "niveles" que eventualmente culminará con el enfrentamiento contra el "Big Boss" (eso no constituye "spoiler", ¿no?), pero sin el respaldo de una estructura narrativa que le dé peso y congruencia. Lo que sí agradecí es que el director James Wan no tome las cosas muy en serio, lo cual evita que Aquaman caiga en la aplastante solemnidad de, por ejemplo, Capitán América: Civil War (Captain America: Civil War, 2016).
En lo que respecta al elenco, Jason Momoa no será un gran actor, pero definitivamente tiene carisma y presencia, y con eso, es más que suficiente para el papel de Aquaman. Por su parte, la actuación de Amber Heard es pésima, pero, por el otro lado, su impresionante belleza la hace un constante deleite para la vista. Patrick Wilson hace lo poco que puede como el villano genérico y poco interesante que le tocó interpretar, mientras que Nicole Kidman y Temuera Morrison son quienes más emociones logran transmitir como los padres de Aquaman.
A fin de cuentas, Aquaman es una película que tiene mucho para ofrecer en sus aspectos técnicos, pero demasiado poco en lo narrativo. Eso la hace mediocre y poco satisfactoria, aunque lo mismo pienso de la mayoría de las películas de superhéroes contemporáneas, así que quizás mi gusto personal no sea compatible con ellas. O quizás es irreal de mi parte pretender que todas ofrezcan el perfecto balance de humor, drama y acción de Guardianes de la Galaxia (Guardians of the Galaxy, 2014) o la profundidad y los ricos matices de Logan (2017).
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