domingo, 27 de mayo de 2018
El Hombre que Podía Recordar sus Vidas Pasadas (Loong Boonmee Raleuk Chat, 2010)
Reseña: El año pasado, empecé a ver la película Sud Pralad (2004) con expectativas neutras, y me terminé encontrando con una de las experiencias cinematográficas más deslumbrantes, estimulantes e inolvidables que he tenido el gusto de apreciar. Por eso, mis expectativas antes de ver El Hombre que Podía Recordar sus Vidas Pasadas, también dirigida por Apichatpong Weerasethakul, eran inmensas, y aunque la pondría muy por debajo de Sud Pralad, me pareció una experiencia inusual y generalmente atrapante... aunque definitivamente no será para todos los gustos.
Al igual que Sud Pralad, El Hombre que Podía Recordar sus Vidas Pasadas no puede ser fácilmente sintetizada en una sinopis, sino que es una de esas cintas que son diseñadas como experiencias oníricas que el espectador tiene que experimentar para descubrir qué es lo que realmente tienen para ofrecer. No obstante, a diferencia de Sud Pralad, creo que el ritmo de El Hombre que Podía Recordar sus Vidas Pasadas es irregular, con algunos pasajes fascinantes, mientras que hubo otros que pusieron a prueba mi paciencia. Pero bueno, creo que la cinta ofrece suficientes momentos hipnóticos para hacer que valga la pena sobrellevar los ocasionales instantes de tedio.
Los aspectos técnicos de El Hombre que Podía Recordar sus Vidas Pasadas son impresionantes, y combinados con la dirección de Weerasthekul y su habilidad para crear atmósfera, nos transportan a la jungla tailandesa desde la primera escena, hasta llegar a un final que es aún más enigmático e inescrutable que el resto de la cinta. Al igual que Sud Pralad, El Hombre que Podía Recordar sus Vidas Pasadas no está interesada en darnos explicaciones ni en presentarnos una historia convencional atada con moño y servida en bandeja, sino que nos permite completar el significado de lo que vimos en la pantalla adentro de nuestras cabezas.
Para bien o para mal, Sud Pralad generó un impacto tan grande en mí que no podré ver las demás películas de Weerasethakul sin compararlas contra ese elevado estándar. Entonces, aunque El Hombre que Podía Recordar sus Vidas Pasadas ni se aproxime a la altura de esa obra maestra, creo que tiene mucho para ofrecer a los espectadores que estén dispuestos a enfrentase a una experiencia única que permite vivir sensaciones que no se encuentran habitualmente en el cine. Además, esta es una de esas películas que crecen en el recuerdo y a medida que se las examina en retrospectiva, lo cual es muy meritorio cuando se ven tantas películas que resultan inmediatamente olvidables.
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