jueves, 31 de mayo de 2018
Gigante (2009)
Reseña: La trama propiamente dicha de Gigante es mínima: Jara, un guardia de seguridad de un supermercado, desarrolla una obsesión con una empleada de limpieza del mismo lugar, a quien termina siguiendo a todas partes para espiarla. Sin embargo, por debajo de esa superficie engañosamente simple, se encuentran varios niveles de subtexto que despiertan el interés del espectador, hasta culminar en un final tan sutil como satisfactorio.
Al ser una película enfocada en un personaje que observa (en ese aspecto, me recordó un poco a la cinta Policía, Adjetivo -Polițist, Adjectiv, 2009-) tiene relativamente pocos diálogos, por lo que el director y guionista Adrián Biniez se apoya plenamente en las imágenes para impulsar la narrativa, lo cual está logrado a través de un estilo visual austero, pero no por ello exento de personalidad. Por debajo de la aparente sencillez, se pueden percibir detalles de puesta en escena que enriquecen la experiencia y contribuyen a crear atmósfera y compenetrarnos con la vida del personaje principal.
Al ser una cinta sin una gran cantidad de diálogos (como dije previamente), Gigante no se detiene a dar explicaciones, y por lo tanto, su guión está abierto a múltiples lecturas: ¿Qué es lo que realmente lo impulsa a Jara a espiar a la chica? ¿Realmente desarrolló un amor a primera vista con ella, o espiarla y seguirla a todos los lados funcionan como excusa para inyectar un poco de emoción voyeurística a su monótona y rutinaria vida? También me pareció interesante que, como espectadores, sepamos sobre ella exactamente lo mismo que Jara, lo cual nos contagia la intriga que él experimenta al espiar a la joven.
Horacio Camandule brinda una sólida actuación el rol protagónico de Gigante, ya que logra componer a su personaje de manera creíble y natural, al mismo tiempo que posee el carisma suficiente para establecer empatía con la audiencia. Por el lado negativo, algunos actores secundarios se sienten un poco rígidos, y hay unos pocos momentos que resultan ligeramente redundantes. Por lo demás, Gigante me pareció una experiencia bastante agradable, que, sin llegar a ser una gran película, logra entretener y contar una historia que parece chiquita, pero que ofrece más profundidad de lo que parece a simple vista, e incluso deja pensando en algunos aspectos.
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