domingo, 13 de mayo de 2018
Enemigo Invisible (Eye in the Sky, 2015)
Reseña: Enemigo Invisible trae algunos recuerdos de la película Máxima Precisión (Good Kill, 2014), ya que un componente importante de la trama de ambas gira en torno a los soldados que operan drones desde Las Vegas para atacar zonas conflictivas del Medio Oriente. Sin embargo, mientras Máxima Precisión mantenía el foco en dichos soldados, Enemigo Invisible amplía el panorama, mostrando cómo dicha situación llega a esferas gubernamentales, y todos los dilemas éticos que los soldados, sus superiores y hasta políticos deben enfrentar. El resultado es una película interesante y multi-dimensional, que pinta su cuadro con grises que indudablemente logran dejar pensando.
El punto central del argumento de Enemigo Invisible gira en torno a si es correcto bombardear una célula terrorista sacrificando la vida de una niña inocente que se puso simplemente a vender pan en las inmediaciones del lugar. Esto desata difíciles cuestiones que los personajes deben enfrentar: ¿Vale la pena sacrificar la vida de una niña para evitar una tragedia de mayores proporciones? ¿Se puede esperar a otro momento para atacar, o ya sería demasiado tarde? Afortunadamente, los personajes de Enemigo Invisible no están divididos en simplistas héroes y villanos, sino que son personajes que se encuentran ante una situación que los desborda, y que no tienen malas intenciones, aunque, a veces, tienen que tomar drásticas decisiones.
Además, tenemos las excelentes actuaciones del elenco entero. Helen Mirren hace un perfecto trabajo como la coronel que dirige la misión, expresando simultáneamente una férrea actitud y las indecisiones que experimenta dentro suyo. Como los soldados que operan los drones, Aaron Paul y Phoebe Fox se encargan de la parte más emocional del relato, y la encaran con expresividad y total credibilidad. Finalmente, el finado Alan Rickman (en su última actuación) deja su impronta con su fuerte presencia y su gran talento histriónico.
Enemigo Invisible es una cinta que mantiene bajo perfil de principio a fin, y que básicamente consiste en diálogos. Por eso, es muy meritorio que mantenga el interés y la atención de principio a fin sin dejar el más mínimo lugar al aburrimiento, lo cual se debe al sólido guión, las actuaciones y el buen ritmo y hábil manejo del lenguaje cinematográfico del director Gavin Hood. Definitivamente podría formar un buen programa doble con Máxima Precisión, ya que ambas nos permiten apreciar un cine bélico con un enfoque diferente y muy relevante en el contexto del siglo XXI.
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