domingo, 27 de mayo de 2018
Lady Macbeth (2016)
Reseña: Ante todo, hay que aclarar que Lady Macbeth no está basada en la clásica obra teatral Macbeth, de William Shakespeare, sino que está adaptada del cuento corto ruso Lady Macbeth of the Mtsenk District, del autor Nikolai Leskov (aunque la película traslada la acción a Inglaterra). Pero, bueno, independientemente de su origen, Lady Macbeth es una película interesante, bien dirigida y soberbiamente actuada, que indudablemente merece recomendación.
A diferencia de otras película británicas de época, repletas de fastuosos decorados y vestuarios, Lady Macbeth mantiene sobriedad y un bajo perfil. Esa decisión del director William Oldroyd me pareció muy acertada, ya que, en base a ella, logró crear una apropiada atmósfera de agobio, así como también mantener una cierta frialdad que hace más perturbadores los momentos más crueles del relato. Dicha frialdad no significa que Lady Macbeth sea una película insulsa ni mucho menos; por el contrario, por debajo de ella, se encuentra una amplia variedad de intensas emociones que no están presentadas de manera explícita, sino que se manifiestan naturalmente.
El personaje principal de Lady Macbeth, Katherine, me pareció fascinante, ya que no está presentada de manera estereotipada ni con fáciles etiquetas. Ella no está pintada como un monstruo, sino como una compleja mujer que está dispuesta a todo y no tiene escrúpulos, aunque no por ello, pierde su humanidad. En ese punto, ayuda mucho la fantástica actuación de Florence Pugh, quien posee una fuerte presencia, así como también facilidad para transmitir mucho por debajo de su aparentemente impasible actitud. Los demás actores son también merecedores de aplauso, y todos forman un ensamble actoral excepcional.
En manos menos talentosas, Lady Macbeth quizás se hubiera sentido demasiado teatral; pero la firme dirección de Oldroyd le brinda dinamismo visual de principio a fin, además de un sutil pero eficaz manejo del lenguaje cinematográfico y un sólido dominio de la atmósfera y la tensión, ahuyentando todo rastro de monotonía y estatismo. En resumen, una experiencia muy interesante, además de representar un buen debut cinematográfico para Oldroyd (quien ya tiene una prolífica carrera dirigiendo teatro y ópera), cuyas futuras cintas estaré esperando con interés.
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