miércoles, 24 de abril de 2019
High Life (2018)
Reseña: Tenía elevadas expectativas antes de ver High Life porque su directora, Claire Denis, se encuentra entre mis cineastas favoritos, aunque debo decir que me decepcionó su película previa, Un Bello Sol Interior (Un Beau Soléil Interieur, 2017). No era una cinta mala por sí sola, pero me pareció carente de todo aquello que hace que el cine de esta director sea habitualmente único e indescriptible. En otras palabras, en su intención de hacer algo más "normal", Denis terminó entregando una película a la que faltaba todo lo que tanto me había atrapado en otras cintas suyas.
Por ello, me place decir que, sin ser infalible, High Life me pareció un regreso al cine intensamente sensorial y visceral de Denis, además de ofrecer una narrativa que ofrece una amplia variedad de posibles interpretaciones y abundantes metáforas e ideas visuales expertamente implementadas por Denis. Como suele ocurrir en las películas de este cineasta, High Life no está interesada en brindar una estructura narrativa convencional ni en dejar todo servido en bandeja, pero eso es justamente lo que más valoro de Denis.
High Life podría categorizarse como "ciencia ficción", pero una película como esta escapa al fácil encasillamiento. Ciertamente, hay elementos típicos de ese género (la cinta gira en torno a un grupo de convictos en una nave espacial, en donde son sometidos a extraños experimentos por parte de una doctora, interpretada por Juliette Binoche demostrando una faceta histriónica que no estamos acostumbrados a ver en ella), pero los co-guionistas Denis y Jean-Pol Fargeau los utilizan simplemente como puntos de partida para reflexionar sobre temas como el sexo, el aislamiento y el gradual descenso a la locura. Adicionalmente, High Life es una película que trabaja mucho los subtextos y las metáforas, por lo que, en muchas ocasiones, resulta evidente que lo que estamos propiamente viendo en pantalla se está utilizando como símbolo de otra cosa.
Escapando la grandilocuencia que muchas cintas de ciencia ficción adoptan, High Life luce una elegante austeridad, metiendo al espectador de lleno en la claustrofóbica atmósfera de esa nave espacial, creando elocuentemente la sensación de que los personajes simplemente no tienen escape de ese pesadillesco entorno. A su vez, también me pareció interesante la bizarra manera en la cual Denis retrata la sexualidad en High Life (lo cual constituye uno de los principales ejes temáticos de la película), lo cual hace que esta cinta tenga algunos puntos en común común Trouble Every Day (2001), una de sus obras previas, aunque aquí estén encarados desde otro punto de vista.
Por el lado negativo, creo que el final de High Life se queda un poco corto. Por un lado, concluye la experiencia con una sensación apropiadamente misteriosa, pero, por el otro, yo esperaba un cierre más impactante y concreto en vista de lo que la película parecía estar construyendo. Sin emabrgo, no es una queja significativa, y quizás le vaya encontrando nuevos niveles de significado al final a medida que la película se vaya sedimentando en mi cerebro con el correr de los días.
Eso me lleva al principal halago que puedo hacerle a High Life: es una cinta que sigue dando vueltas en la cabeza durante largo rato, y lo que tiene para ofrecer es tan rico que naturalmente se van descubriendo nuevas cosas a medida que uno más procesa la cinta adentro suyo. Como ya es moneda corriente en la filmografía de Denis, sobra decir que High Life no es una película para todos los gustos, pero, personalmente, volví a caer una vez más en el hechizo de esta directora, por lo que esta me pareció una experiencia hipnótica y concebida con una auténtica visión cinematográfica.
martes, 23 de abril de 2019
Arctic (2018)
Reseña: Arctic no es una película particularmente original, ya que sigue el patrón que hemos visto en muchas otras "survival movies" (sub-género del cine catástrofe donde también pertenecen cintas como Náufrago -Cast Away, 2000- o 127 Horas -127 Hours, 2011- . En este caso, la cinta gira en torno a un hombre que queda varado en el medio del Ártico debido a un accidente aéreo. Como sea, a pesar de ser poco novedosa, Arctic ofrece suficientes virtudes para mantener el interés de la audiencia.
La principal de esas virtudes es la extraordinaria actuación de Mads Mikkelsen, quien no deja de asombrarme en cada película donde lo veo. Prescindiendo casi por completo de diálogos, Mikkelsen logra transmitir angustia, desesperación y ganas de vivir tan solo con su mirada y sus expresiones, además de poseer una fuerte presencia escénica. El director Joe Penna definitivamente hizo bien en seleccionar un actor tan virtuoso como Mikkelsen, ya que la película entera descansa sobre los hombros de ese personaje (el resto del minúsculo elenco de Arctic solo incluye a una actriz, Maria Thelma Smáradótirr, quien interpreta a una mujer que el protagonista rescata de un helicóptero accidentado, y tiene muy poco para hacer, ya que su personaje está dormido la mayor parte del tiempo), y realmente hacía falta alguien talentoso y carismático para interpretarlo.
Otra virtud que ofrece Arctic es que no pierde tiempo en preámbulos ni en innecesarios "flashbacks". Por el contrario, la cinta nos ofrece una narrativa concentrada y destilada en sus componentes básicos, metiéndonos de entrada en la situación y eventualmente evitando todo tipo de relleno. La cinta está interesada en retratar los esfuerzos de un hombre por sobrevivir, y nunca pierde el foco en ello. Además, al contar con muy pocos diálogos, Arctic demuestra la suficiente confianza en las imágenes para permitirles a ellas hablar por sí solas.
Por el lado negativo, Arctic se siente un poco estirada, sobre todo en su ligeramente repetitiva parte media, cuando terminamos viendo a grandes rasgos lo mismo una y otra vez y se estanca un poco la evolución narrativa. Este es otro caso en donde me pareció que se añadió duración a la cinta para evitar que fuera un cortometraje, aunque, de esa manera, el flujo de la experiencia se ve afectado en consecuencia. Por suerte, ello se ve compensado hasta cierto punto cuando llegamos al tramo final de la película, en donde Penna demuestra buena mano para jugar con las expectativas de la audiencia y hacerlo dudar de cómo puede terminar todo.
A fin de cuentas, sin ser nada especial, Arctic me mantuvo entretenido en líneas generales, además de funcionar como otro muestrario del impresionante talento de Mikkelsen, quien demuestra nuevamente ser uno de los mejores actores contemporáneos. Por su parte, Penna se perfila en esta, su ópera prima, como un cineasta prometedor; sería interesante ver qué tiene para ofrecernos en sus proyectos futuros, para ver si logra corregir algunos medianos defectos y si encuentra material más original.
The Good, the Bad, the Weird (Joheunnom Nabbeunom Isanghannom, 2008)
Reseña: Tenía mucha curiosidad antes de ver The Good, the Bad, the Weird. ¿Cómo podía no despertarla un western coreano? Como sea, me terminé encontrando con una entretenida película que rinde homenaje a ese género tan tradicionalmente estadounidense, con impresionantes valores de producción que no tienen nada que envidiarle a muchas súper-producciones hollywoodenses y un dinámico ritmo que no deja el más mínimo lugar para el aburrimiento.
A grandes rasgos, la trama de The Good, the Bad, the Weird es simple (la búsqueda de un tesoro en el desierto de Manchuria, China), aunque resulta un poco confusa en sus detalles por la excesiva cantidad de personajes. Como sea, la confusión se ve opacada por el veloz ritmo de la experiencia y las delirantes secuencias de acción, filmadas de manera simultáneamente creativa, dinámica y clara. A su vez, me gustó las ocasionales pausas que The Good, the Bad, the Weird se toma para crear personajes interesantes con sus particulares psicologías e historias de vida.
Adicionalmente, The Good, the Bad, the Weird se ve beneficiada por las competentes y carismáticas actuaciones de Song Kang-ho, Lee Byung-hun y Jung Woo-sun en los roles principales, además de la sólida dirección de Kim Ji-woon, quien logra mantener una frenética dinámica de principio a fin sin nunca hacerla decaer, aunque sin por ello descuidar la sustancia de la experiencia.
Quizás no sea muy memorable a largo plazo, pero The Good, the Bad, the Weird me mantuvo entretenido mientras la veía, además de estar aderezada por un simpático sentido del humor que logró arrancarme risas en más de una ocasión. En otras palabras, a pesar de lo inusual que es su procedencia, otra buena re-interpretación del western, adaptado en este caso a una idiosincracia que le brinda un sabor distinto al género.
Neruda (2016)
Reseña: A pesar de ser una de las figuras más importantes en la historia de la literatura latinoamericana, no conocía mucho sobre la vida de Pablo Neruda. Por ello, la película Neruda logró enseñarme abundantes aspectos de la vida de ese célebre poeta... aunque la cinta dista mucho de estar encarada como una biografía convencional, y eso es justamente lo que la hace interesante y distintiva, además de contar con sólidas actuaciones y perfectos aspectos técnicos.
Neruda transcurre en el año 1948, cuando el epónimo poeta era Senador de Chile, y su ideología comunista estaba en disidencia con la del Presidente Gabriel González Videla. Entonces, se ordenó la captura de Neruda, quien tuvo que escapar escondido pasando a la clandestinidad. Mientras tanto, seguimos los esfuerzos del policía Oscar Peluchonneau para atraparlo. Así es como Neruda (la película) va siguiendo dos hilos narrativo, logrando mantener igual atención a ambos para eventualmente hacerlos confluir en un final que hace incursionar a la cinta en un terreno poético que me pareció satisfactorio e ingeniosamente planteado.
En muchas ocasiones, he señalado la narración como un aspecto negativo de muchas cintas, pero, en el caso de Neruda, la narración a cargo de Peluchonneau me pareció su mejor aspecto, ya que le brinda un nivel "meta" a la película que me pareció inteligente y repleto de un sentido del humor tan sutil como efectivo. En pocas palabras, Neruda es una de las pocas películas que supo hacer buen uso de la narración, haciendo que sea un complemento de las imágenes en lugar de un estorbo.
Obviamente, queda claro que, a diferencia de muchas otras biografías, Neruda no está interesada en hacer un obsesivo recuento de hechos reales, sino en presentarlos de una manera que los pone en una perspectiva inusual, haciéndonos cuestionar dónde termina la verdad y dónde empieza la ficción. Pero esa incertidumbre enriquece la experiencia, ya que consigue despertar la imaginación de una manera que muchas "biopics" no logran, al mismo tiempo que ofrece un retrato vívido y complejo de una persona tan importante como Pablo Neruda.
Luis Gnecco y Gael García Bernal cargan con la película entera sobre sus hombros como Neruda y Peluchonneau (respectivamente), y lo logran perfectamente, brindando credibilidad y carisma a sus roles. El elenco secundario también hace un buen trabajo (aunque sentí un poco desperdiciado a un actor tan bueno como Alfredo Castro con un tiempo en escena tan escaso como González Videla), y el director Pablo Larraín conduce la experiencia con un sobrio pero eficaz estilo visual, además de sacar máximo provecho de algunas imponentes locaciones chilenas.
En conclusión, Neruda logra satisfacer tanto en lo recreativo como en lo didáctico, retratando a un importante personaje de manera novedosa y muy entretenida, evitando la solemnidad de una tediosa lección de historia. Por ello, la recomiendo con confianza; su mayor virtud fue dejarme con ganas de ver más "biopics" concebidas con tanta originalidad, a diferencia de tantas cintas de este género que resultan tan esquemáticas como olvidables.
Hacia Rutas Salvajes (Into the Wild, 2007)
Reseña: Hacia Rutas Salvajes es la biografía de Christopher McCandless, un joven que decidió dejarlo todo para ir a recorrer Estados Unidos haciendo senderismo, con el propósito de llegar a Alaska como meta final. Más allá de los juicios de valor que cada espectador tendrá con respecto a la actitud que tuvo el protagonista para abandonar a su familia sin previo aviso y embarcarse en esa aventura casi suicida, Hacia Rutas Salvajes ofrece un relato repleto de pasión y momentos fuertemente emocionales.
Sin embargo, a pesar de sus múltiples virtudes, tengo algunas objeciones contra Hacia Rutas Salvajes que demeritan un poco la experiencia general. Para empezar, el uso de la narración (ocasionalmente a cargo del protagonista, y ocasionalmente a cargo del personaje de su hermana) molesta un poco en parte por su exceso y en parte porque, la mayor parte de las veces, reemplazan con palabras lo que tendríamos que haber entendido por imágenes. En más de una ocasión, eso me "sacó" ligeramente de la experiencia, aunque afortunadamente se va haciendo menos frecuente a medida que la película va avanzando.
Otra objeción que tengo contra Hacia Rutas Salvajes es que la actuación de Emile Hirsch en el rol protagónico se siente en poco floja. En algunas ocasiones (como The Motel Life -2012- o The Autopsy of Jane Doe -2016-), el trabajo de este actor me ha parecido competente, pero en otras, como en Never Grow Old (2019) o Hacia Rutas Salvajes, Hirsch se siente blando y carente de la presencia suficiente para cargar con una película sobre sus hombros. En el caso particular de Hacia Rutas Salvajes, eso me impidió compenetrarme a fondo con el personaje principal, por lo que me interesaba en sus peripecias, pero sin sentirme profundamente conectado con él.
Además, el débil desempeño de Hirsch se ve opacado por el excelente trabajo del elenco secundario (exceptuando a Kristen Stewart, quien se muestra tan inexpresiva como siempre), destacando a William Hurt, Catherine Keener y, sobre todo, el veterano Hal Holbrook, quien logra robarse la película entera a pesar de su relativamente reducido tiempo en escena. Hirsch simplemente no logra estar a esa altura, por lo que los momentos emocionales que mencioné en el primer párrafo son mérito de los personajes de soporte en lugar del protagonista.
De todas maneras, Hacia Rutas Salvajes no deja de ser una experiencia interesante, principalmente gracias a su bien desarrollado guion, el trabajo del elenco secundario y la dirección de Sean Penn, quien logra conjugar múltiples aspectos en una experiencia interesante que mantiene un buen ritmo y la atención del espectador a lo largo de casi dos horas y media. Además, la cinta derrocha pasión de principio a fin, y ahí es donde se nota el entusiasmo que seguramente tenía Penn a la hora de llevar este relato a la pantalla.
Balada de un Hombre Común (Inside Llewyn Davis, 2013)
Reseña: No soy fan incondicional de los Hermanos Coen, pero no puede negarse que este legendario dueto de cineastas posee un estilo único, lo cual se aprecia doblemente cuando uno está acostumbrado a ver tantas cintas genéricas y desechables. Dicho estilo también se puede apreciar en Balada de un Hombre Común, la cual ofrece varios momentos interesantes, aunque quizás le hubiera venido mejor un poco más de cohesión como experiencia general.
Balada de un Hombre Común transcurre en el año 1961, y sigue a Llewyn Davis, un músico folk a quien el éxito parece evadir, no solo en su carrera artística, sino también en su vida en general. Como sea, el personaje logra despertar empatía en el espectador, sobre todo gracias a la extraordinaria actuación de Oscar Isaac, quien logra componer un personaje complejo y repleto de matices; tan solo con su mirada, podemos sentir la tristeza interna de Llewyn, así como también su persistente deseo de triunfar a pesar de tener todo en contra.
Balada de un Hombre Común no sigue un hilo narrativo propiamente dicho, ya que prefiere enfocarse en una serie de viñetas en las cuales el personaje principal se ve envuelto en un puñado de días. Y si bien dichas viñetas no son aburridas por sí solas, y nos dejan con interesantes reflexiones, no logran fusionarse en una estructura genuinamente unificada, hasta culminar en un final abrupto que no logra sentirse como un verdadero cierre de la experiencia.
Volviendo a lo positivo, Balada de un Hombre Común goza de la perfección técnica que típicamente podemos esperar en una cinta de los Hermanos Coen, desde la gris cinematografía de Bruno Delbonnel hasta el detallado diseño de producción que genuinamente logran transportarnos a la época y el lugar en los cuales la cinta está ambientada. Entonces, puedo darle a Balada de un Hombre Común una recomendación principalmente por ello y las perfectas actuaciones del elenco entero (además de Isaac, también merece mención el elenco secundario, en donde encontramos a varios excelentes actores como Carey Mulligan, John Goodman, Adam Driver y F. Murray Abraham).
El Padre de mis Hijos (Le Père de mes Enfants, 2009)
Reseña: No me gusta incluir "spoilers" en mi reseña, pero creo, que en el caso de El Padre de mis Hijos, voy a tener que permitirme una excepción. Por el otro lado, no estoy completamente seguro de que lo que voy a mencionar sea un "spoiler", ya que ello ocurre tan solo a la mitad de la cinta. Como sea, quedan advertidos: si prefieren ver la película lo más "en blanco" posible, dejen de leer este comentario aquí mismo.
El Padre de mis Hijos arranca presentándonos al personaje Grégoire Canvel, el cual está basado en una persona que realmente existió llamada Humbert Balsan, un productor de cine que decidió suicidarse debido a la depresión que padecía. No sé qué tan fiel sea el personaje de Canvel al auténtico Balsan, pero El Padre de mis Hijos dedica su primera mitad a introducirnos a la apacible vida familiar del productor, la cual se ve contrastada por las severas deudas en las cuales su empresa se ve envuelta. Gracias al preciso guion y la excelente actuación de Louis-Do de Lencquesaing, realmente logré crear empatía con Canvel, compenetrándome con su angustia, la cual se ve culminada con su suicidio.
Luego de la muerte de Canvel, llegamos a la segunda mitad de El Padre de mis Hijos, en donde el foco pasa a su viuda y a sus hijas. Evitando las escenas lacrimosas que encontraríamos en películas menos inteligentes y refinadas, la directora Mia Hansen-Løve muestra sutilmente cómo la súbita pérdida de un ser amado cambia diametralmente la vida diaria, aunque eventualmente se acepta esa pérdida y simplemente se continúa con el día a día, más allá del vacío que deja esa ausencia. Aquí no hay aparatosas escenas de llantos ni golpes bajos; simplemente se retrata la vida misma, y cómo la muerte de alguien cercano la cambia para siempre.
Sin embargo, esa sobriedad emocional no significa que la película carezca de emociones; por el contrario, El Padre de mis Hijos logra ser genuinamente emotiva (sobre todo en su final), pero apelando a buenas armas. Además, como cinéfilo, encontré muy interesante el retrato de la industria del cine que ofrece esta cinta, mostrando la pesadilla en la cual la producción cinematográfica ocasionalmente se puede convertir. En resumen, una experiencia agridulce, pero muy satisfactoria, realizada con elegancia y un excelente ojo para los detalles.
miércoles, 17 de abril de 2019
El Noveno Día (Der Neunte Tag, 2004)
Reseña: La Segunda Guerra Mundial probablemente sea uno de los temas que el cine ha abordado la mayor cantidad de veces, y por ende, encontramos películas que encararon dicho conflicto desde diversos enfoques... por no mencionar muy diversos niveles de calidad. Dentro de ese nicho, la cinta El Noveno Día dista de estar entre las mejores (personalmente, creo que esas serían la poco vista The Grey Zone -2001- y la clásica El Pianista -The Pianist, 2002-), pero merece crédito por abordar un provocativo tema que difiere de lo que estamos acostumbrados a ver en el cine sobre la Segunda Guerra Mundial.
El Noveno Día gira en torno a un hecho poco conocido: un grupo de sacerdotes católicos que se oponían públicamente al nazismo fueron llevados a un campo de concentración; uno de ellos, Henri Kremer (personaje basado en una persona que existió en la vida real llamada Jean Bernard), fue liberado provisoriamente con el fin de cumplir un pedido por parte de un oficial de la Gestapo (en caso contrario, deberá volver al campo de concentración en un plazo de nueve días). Eso quiere decir que el tiempo que se dedica a retratar las atrocidades perpetradas por los nazis en el campo de concentración ocupa un tiempo breve de la cinta (aunque dichas escenas están retratadas de manera cruda e impactante), con el resto de la película rondando en conversaciones que tocan un amplio espectro de temas, particularmente relacionados con la religión y la guerra.
El hecho de que El Noveno Día se enfoque en diálogos que se desarrollan en iglesias o en la oficina de la Gestapo la hacía correr el riesgo de caer en la teatralidad (recuerdo que esto aquejó a la película Taking Sides -2001-, con la cual El Noveno Día tiene ciertos puntos en contacto). Afortunadamente, el director Volker Schlöndorff logró evitar eso, dotando a la película de un estilo cinematográfico que escapa el estatismo, utilizando un sutil pero eficaz manejo de cámaras y un ritmo pausado pero bien llevado y nunca monótono ni aburrido.
Ulrich Matthes brinda una excelente actuación como Kremer, logrando transmitir los tormentos internos de su personaje y su inquebrantable posición ante la fe con absoluta convicción y sin necesidad de palabras. Por su parte, August Diehl también logra destacar como el oficial de la Gestapo; hubiera sido fácil mostrarlo como un simple monstruo, pero Diehl lo dota de matices y capas que le brindan humanidad y hacen que su personaje trascienda la fácil categorización como villano. Las escenas que Matthes y Diehl comparten constituyen los mejores momentos de la cinta, y la dinámica mutua que generan es magnética.
Lo que quizás le faltó a El Noveno Día fue algún elemento más contundente para hacerla más memorable; no me refiero tanto a la trama, sino a ese indescriptible "algo" que le podría haber dado mayor fuerza e ímpetu como experiencia cinematográfica. Aún así, El Noveno Día me pareció una cinta interesante, la cual puedo recomendar con la advertencia de que esta no es una película épica sobre la Segunda Guerra Mundial, sino una experiencia más íntima y minimalista que aborda el conflicto en base a otra escala, lo cual le da una perspectiva diferente y atractiva.
Una Pastelería en Tokio (Am, 2015)
Reseña: Como es habitual en los dramas orientales, Una Pastelería en Tokio ofrece una experiencia serena y meditativa, en este caso enfocada en la relación que se establece entre un taciturno hombre que atiende un puesto de productos de pastelería y una anciana que empieza a trabajar con él gracias a su gran talento para preparar una pasta de porotos que se utiliza en una comida tradicional japonesa llamada "dorayaki". Esta es una cinta narrada con calma y con buen manejo de la sutileza y de los detalles, aunque la languidez empleada por la directora Naomi Kawase obstaculiza la película en varias ocasiones.
Entiendo que ese ritmo pausado y metódico era exactamente lo que se buscó generar en Una Pastelería en Tokio... pero siento que la cinta se excedió un poco en ello, extendiéndose más de lo debido y tornándose ligeramente redundante. Consecuentemente, no pude evitar sentirme un poco cansado en ciertos momentos de Una Pastelería en Tokio. Quiero dejar en claro que un ritmo pausado no me molesta por sí solo, pero, en este caso particular, sentí que el lánguido ritmo de la película terminó ocasionalmente empantanando el flujo narrativo.
A pesar de ello, valoré que Kawase demostrara la sensibilidad necesaria para trabajar el contenido emocional de la película. En manos menos talentosas, Una Pastelería en Tokio hubiera degenerado en algo cursi y empalagoso, pero Kawase sabe manejar el drama de manera elegante y efectiva, por lo que Una Pastelería en Tokio consigue momentos emotivos, pero no forzados ni sentimentaloides. Adicionalmente, la puesta en escena es austera, pero eso es exactamente lo que esta cinta necesitaba, ya que nos permite compenetrarnos más en las vidas de los personajes principales, aparentemente sencillas pero con ciertos secretos adentro suyo.
Las actuaciones de Una Pastelería en Tokio también son merecedoras de mención. Masatoshi Nagase brinda un excelente desempeño como el hombre que atiende la pastelería; tan solo con la expresión de su rostro, se puede percibir fácilmente que es una persona que reprime mucho por debajo de su lacónica actitud, y que hay algo adentro suyo que lo angustia. Por su parte, la fallecida Kirin Kiki es perfecta como la anciana, logrando que su personaje sea entrañable y completamente creíble. Finalmente, Kyara Uchida interpreta a una adolescente que frecuenta la pastelería y establece una amistad con el hombre y la anciana; el desempeño de esta actriz es competente, pero creo que su personaje salió sobrando, ya que no logra aportar nada particularmente sustancioso y es otro factor que obstaculiza la narrativa de Una Pastelería en Tokio.
En conclusión, creo que Una Pastelería en Tokio es una buena película realizada con talento tanto al frente como detrás de cámaras. Pero, al mismo tiempo, no puedo negar que la cinta me aburrió un poco en algunos momentos, y hubiera agradecido una narrativa más concisa y enfocada, que mantuviera su deliberado ritmo, pero ajustándolo un poco y evitando ciertas redundancias. A fin de cuentas, tiene suficientes virtudes para hacerla merecedora de una recomendación, pero el todo termina siendo menos que la suma de sus partes.
lunes, 15 de abril de 2019
Borg McEnroe (2017)
Reseña: Los deportes no me atraen en lo más mínimo, y quizás por eso las películas que giran en torno a ellos no suelen interesarme mucho (una honrosa excepción que se me ocurre en este momento es Un Domingo Cualquiera -Any Given Sunday, 1999-). Por ello, tenía bajas expectativas antes de ver Borg McEnroe, la cual, como el mismo título augura, retrata la rivalidad entre esos dos legendarios tenistas, hasta culminar en la final de Wimbledon en el año 1980. Y si bien admito que la cinta me mantuvo medianamente entretenido, no me pareció nada excepcional ni particularmente memorable a fin de cuentas.
Borg McEnroe retrata elocuentemente la constante presión que los deportistas de elite viven en el día a día. Desde los arduos entrenamientos (los cuales presenciamos en flashbacks) hasta el momento se salir a la cancha, el director Janus Metz logra generar una atmósfera apropiadamente tensa que nos permite compartir el estrés que los protagonistas enfrentan como parte de su rutina. Eventualmente, llegamos al enfrentamiento final entre Borg y McEnroe, y, a pesar de mi apatía hacia los deportes, reconozco que está bastante bien filmado y genera adecuados niveles de emoción, aunque me sentí un poco perdido con las reglas del juego simplemente porque no las conozco.
El foco de Borg McEnroe se enfoca en Björn Borg y John McEnroe más como deportistas que como personas, y creo que de ahí se desprende mi principal queja contra la película. A fin de cuentas, siento que nunca logré conocerlos a ellos a fondo, y eso dificultó mi creación de empatía con los personajes. Borg McEnroe se queda en un retrato superficial de ambos (Borg siempre me mostraba frío y distante, mientras que McEnroe era completamente lo opuesto, con una personalidad siempre explosiva que despertaba abucheos en el público) sin realmente ahondar en su naturaleza.
No obstante, esa queja que tengo sobre la forma en que los protagonistas estuvieron escritos se ve aminorada hasta cierto punto por las sólidas actuaciones de Sverrir Gudnason y Shia LaBeouf como Borg y McEnroe (respectivamente), logrando aportar carisma y credibilidad a sus desempeños. El resto del elenco pasa bastante desapercibido (no por culpa de los actores, sino porque no tienen material particularmente sustancioso con el cual trabajar), exceptuando al gran Stellan Skarsgård como el manager de Borg, quien además fue el cazatalentos que lo descubrió cuando era adolescente.
Teniendo en cuenta mi indiferencia hacia los deportes, considero loable que Borg McEnroe no me haya aburrido, y creo que eso se debió principalmente a la dinámica dirección de Metz y las actuaciones de Gudnason, LaBeouf y Skarsgård. Entonces, creo que eso es suficiente para darle una recomendación, agregando que seguramente los seguidores del tenis la disfrutarán más que yo y captarán los detalles que yo me perdí o no entendí.
sábado, 13 de abril de 2019
Higher Ground (2011)
Reseña: El tema de la religión ortodoxa es difícil de abordar en el cine. Siempre se corre el riesgo de caer en caricaturas ofensivas que se quedan en el nivel superficial y que no logran genuinamente ahondar en dicho tema (por ejemplo, esto ocurrió en la película When Darkness Falls -När Mörkret Faller, 2006-). Por eso, fue una agradable sorpresa encontrar una película como Higher Ground, la cual toma un encare mucho más complejo e inteligente, abordando dicha temática con respeto y profundidad.
La narrativa de Higher Ground gira en torno a una mujer perteneciente a una comunidad de católicos ortodoxos que empieza a cuestionar su fe. Ella simplemente empieza a sentirse agobiada y a contemplar que la vida ofrece posibilidades que ni siquiera había imaginado. Pero eso no significa que los demás personajes estén retratados como villanos ni mucho menos; por el contrario, Higher Ground simplemente nos muestra a seres humanos con diversos puntos de vista, los cuales no son ni buenos ni malos por sí mismos, aunque cada espectador encontrará mayor afinidad personal con uno o con otro.
Higher Ground representó el debut como directora de la actriz Vera Farmiga (quien también interpreta al personaje principal), y realmente me dejó buena impresión en su faceta de cineasta, recurriendo a una sobriedad no exenta de personalidad tras las cámaras. Lástima que no haya dirigido ninguna otra cinta hasta el momento. Su desempeño como actriz en Higher Ground también es muy bueno, y está sólidamente respaldada por el resto del elenco, en donde no encontramos "estrellas", sino buenos actores de carácter que habitan sus roles con convicción y una amplia gama de matices.
Seguramente Higher Ground no sea una película para todos los gustos. Es probable que algunos espectadores se sientan aburridos por la ausencia de conflictos fuertes o de aparatosas escenas melodramáticas. Sin embargo, a mí me gustó justamente por eso, ya que Higher Ground evita todo tipo de drama forzado para ofrecer una cautivante reflexión sobre la fe y la religión repleta de capas que lograron dejarme pensando, además de estar auxiliada por excelentes actuaciones y una dirección que refleja una claridad de enfoque y una madurez que no son habituales de encontar en una ópera prima.
Never Grow Old (2019)
Reseña: Otro western más, aunque, en este caso, de una procedencia inusual, ya que Never Grow Old es una producción principalmente irlandesa. Eso le brinda un "sabor" distinto al que habitualmente encontramos en este género, aunque eso no significa que la cinta sea perfecta. Creo que su principal flaqueza es que le faltó mayor desarrollo al guion, lo cual hace que la cinta no haga pie narrativamente en más de una ocasión.
Por el lado positivo, Never Grow Old luce una manufactura modesta pero competente, transportando a la audiencia al Lejano Oeste estadounidense (aunque, en realidad, la cinta fue filmada en Irlanda) con un creíble diseño de producción. También me gustó la decisión de filmar con luz natural; el estilo visual resultante quizás resulte demasiado oscuro para algunos espectadores, pero yo lo aprecié porque genera un efecto más inmersivo para la época y el lugar.
Por el otro lado, lamento decir que las actuaciones no me gustaron (con una honrosa excepción). Emile Hirsch se siente flojo y carente de carisma en el rol protagónico; su actuación no logra transmitir mucho y su insulsa presencia no lo hace un protagonista que genere particular empatía. En el papel de su esposa, la actriz belga Deborah François tiene evidentes dificultades para actuar en inglés, lo cual la hace sentirse constantemente tensa y rígida en escena. Los demás actores tampoco lograron convencerme (sobre todo Danny Webb, quien brinda una risible sobre-actuación como un predicador), exceptuando a John Cusack, quien brinda un excelente trabajo como el villano. Creo que Cusack es un intérprete que está menos valorado en líneas generales de lo que merecería; hace unos meses, lo vi desempeñándose perfectamente en un rol cálido en Ella se Fue (Grace is Gone, 2007), y, ahora, en Never Grow Old, brinda otro trabajo completamente creíble en un papel diametralmente opuesto, logrando ser genuinamente temible tan solo con su mirada, además de aportar una fuerte presencia que lo hace robarse todas las escenas en las cuales aparece.
Por su parte, el guion tiene sus virtudes; particularmente me gustó la ambiguedad moral con la cual el supuesto héroe fue escrito, ya que eso contribuye a brindarle textura y profundidad. También aprecié su retrato de las duras condiciones de vida que algunas personas tuvieron que atravesar en el Lejano Oeste, sometiéndose a cualquier tipo de vejación con el solo fin de cubrir necesidades económicas. Sin embargo, algunos puntos del guion se sienten descuidados; ciertos aspectos están abarcados a las apuradas, por lo cual algunas acciones de los personajes se sienten arbitrarias y el hilo de causas y consecuencias se siente ocasionalmente forzado.
A fin de cuentas, Never Grow Old me mantuvo entretenido, pero definitivamente podría haber llegado más lejos con mejores actuaciones (dejando de lado a Cusack) y un guion más cuidado y preciso. En su estado actual, Never Grow Old es simplemente una decente muestra del género western, pero, a fin de cuentas, carente de algo que la haga genuinamente memorable. Aún así, me hizo pasar un buen rato, y eso me inclina a recomendarla, pero con ciertas reservas.
jueves, 11 de abril de 2019
Loca Alegría (La Pazza Gioia, 2016)
Reseña: La primera película que vi del director Paolo Virzì fue El Capital Humano (Il Capitale Umano, 2013), la cual francamente detesté. Por ello, estaba mal predispuesto cuando decidí ver otra cinta de su filmografía, La Prima Cosa Bella (2010), pero, en ese caso, me terminé llevando una agradable sorpresa, ya que, sin ser algo particlarmente excepcional, me gustó. Por ello, llegó el momento de "desempatar" con Loca Alegría... y, en este caso, el resultado final se ubica en algún punto intermedio.
Loca Alegría se enfoca en dos mujeres diametralmente opuestas que se conocen en un neuropsiquiátrico, hasta que se escapan y deciden emprender una aventura juntas. Como en toda "road movie" que se precie de serlo, ambas mujeres irán aprendiendo cosas sobre la vida y hasta forjando una amistad a pesar de tener personalidades tan contrastantes (Beatrice es parlanchina y siempre alegre, mientras que Donatella es taciturna y algo ermitaña, con una mirada siempre triste).
La primera mitad de Loca Alegría está principalmente encarada como una comedia, y aquí es donde la cinta menos funciona. El establecimiento de la situación de las dos protagonistas toma más tiempo del necesario, mostrando dificultad para arrancar y tornándose un poco redundante. El estilo que Loca Alegría adopta en esta primera mitad es excesivamente anárquico, mostrando dificultad para encontrar un foco narrativo, y divagando de aquí para allá, con momentos humorísticos que no son particularmente graciosos y sin nunca hacer pie en algo concreto.
Afortunadamente, las cosas mejoran durante la segunda mitad, cuando el drama desplaza a la comedia, y la cinta va adquiriendo peso y profundidad que anteriormente ni siquiera se atisbaba. Si bien Loca Alegría incursiona en terreno bastante serio en esta parte, la película nunca se torne solemne ni sentimentaloide, ya que no se vuelve manipuladora ni olvida incluir ciertos toques de humor que amenizan las cosas, hasta culminar en un final que logra ser genuinamente emotivo gracias a la sobriedad con el cual está abordado.
Además, más allá de mis objeciones contra la primera mitad de Loca Alegría, la cinta nunca aburre, principalmente gracias a las excelentes actuaciones del dúo protagónico (por no mencionar esas idílicas locaciones toscanas). Valeria Bruni-Tedeschi muestra credibilidad y desbordante carisma como Beatrice, sabiendo mantener constantemente un elevado nivel de energía que no decae nunca. Por su parte, Micaela Ramazzoti tiene un papel teóricamente menos lucidor como Donatella, ya que su personaje está siempre reprimiendo en lugar de manifestar hacia afuera; de todas maneras, también brinda un perfecto trabajo, logrando siempre transmitir la angustia interna de su personaje con total sutileza.
En conclusión, la primera mitad de Loca Alegría es algo floja, pero conviene tener paciencia, ya que la segunda mitad encuentra el rumbo para finalmente ofrecer una experiencia satisfactoria, aunque no sea muy memorable a largo plazo. De todas maneras, Loca Alegría es una de esas películas en donde siempre hay algo vistoso y atractivo, por lo que puedo darle una moderada recomendación a pesar de sus irregularidades.
martes, 9 de abril de 2019
The Deep (Djúpið, 2012)
Reseña: The Deep está basada en la historia real (si prefieren no saber nada sobre ella, les sugiero que esperen a leer esta reseña luego de haber visto la película) de un pescador islandés que logró sobrevivir durante seis horas en el helado Océano Atlántico Norte tras un accidente que sufrió el barco en donde se encontraba, mismo que terminó con la vida de todos los demás tripulantes. Así es como vemos la milagrosa supervivencia de este pescador, así como su eventual reincorporación a la vida diaria, en donde es tratado como un "fenómeno" por la población del pequeño pueblo donde vive. El resultado final funciona en algunos aspectos, pero flaquea en otros.
A diferencia de otras cintas (principalmente hollywoodenses) que invierten mínimamente media hora en presentar personajes, The Deep nos arroja de lleno a la acción. Por un lado, aprecié esa decisión, ya que generalmente me cansan las trilladas y extensas escenas que muestran la vida diaria de los personajes y sus respectivas relaciones con familiares y amigos; por el otro lado, eso impide que el espectador conozca realmente a los personajes de The Deep, por lo que se dificulta la creación de un lazo emocional con ellos. Sacando a Gulli, el personaje principal, el resto de los tripulantes son prácticamente intercambiables, y eso genera una cierta distancia y frialdad en lo emocional.
Luego, llegamos al accidente del barco, y la película funciona cuando apuesta a la visceralidad de mostrar la resiliencia de Gulli por sobrevivir a toda costa. Gracias al crudo estilo empleado por el director Baltasar Kormákur y la excelente actuación de Ólafur Darri Ólafsson, podemos realmente sentir la inclemencia de ese mar helado, y eso permite una íntima compenetración con las experiencias del protagonista. Sin embargo, esa visceralidad se ve ocasionalmente interrumpida por algunos innecesarios "flashbacks" que me "sacaron" de las vivencias de Gulli en alta mar, interrumpiendo la sólida atmósfera de angustia y desesperación.
Eventualmente, llegamos a la reintegración de Gulli a la vida diaria, cuando algunos científicos buscan explicar las razones de su milagrosa supervivencia, utilizándolo como "conejillo de indias" de una serie de experimentos. Esa faceta me pareció interesante, ya que ilustra elocuentemente cómo lo que menos termina importando es la persona con el fin de enfocarse en algún descabellado descubrimiento científico. Por el otro lado, el aspecto de la vida personal de Gulli (como cuando visita a la viuda de un amigo suyo que falleció en el barco) no termina de funcionar debido a la superficialidad del guion en ese aspecto.
En conclusión, The Deep es una película irregular. Hay cosas que funcionan y cosas que no en igual medida, pero creo que sus virtudes son lo suficiententemente competentes como para que la cinta gane una moderada recomendación. De todas maneras, creo que The Deep hubiera funcionado mejor con un enfoque más concentrado, rondando simplemente en torno a un hombre con todo su contra intentando sobrevivir en alta mar. La cinta quiso abarcar mucho más en apenas poco más de noventa minutos, y se terminó quedando un poco corta.
The Iceman (2012)
Reseña: Richard Kuklinski fue un sicario de la mafia a quien se le adjudicaron más de cien asesinatos, además de encarar sus "trabajos" con una absoluta frialdad. Al mismo tiempo, Kuklinski mantenía una fachada de hombre "normal", con una esposa y dos hijas que ni remotamemente sospechaban sobre su vida criminal. The Iceman examina la figura de este asesino, y lo hace de manera competente, pero poco memorable a fin de cuentas.
El principal elemento que The Iceman tiene a su favor es su elenco. Como no puede ser de otra manera, Michael Shannon brinda una excepcional actuación en el rol principal. Este era un rol difícil, ya que Kuklinski era una persona distante e inexpresiva; sin embargo, el desempeño de Shannon logra brindar abundantes capas y matices al personaje por debajo de su aparente impasibilidad, además de demostrar una tremenda facilidad para cambiar sutilmente la mirada y la actitud según la circunstancia. Otro gran actor que logra destacar es Ray Liotta como el empleador de Kuklinski; lástima que este intérprete no aparezca en cine tan seguido, porque su trabajo es siempre impecable, como podemos comprobar en The Iceman, en donde tan solo su mirada logra ser atemorizante. Winona Ryder hace un trabajo decente como la esposa de Kuklinski, pero su personaje resulta algo genérico.
The Iceman mantiene generalmente un ritmo dinámico que logró mantenerme entretenido; por el otro lado, ese dinamismo hace que algunos puntos de la trama sean abordados de manera demasiado rápida, por lo que algunos elementos quedan un poco confusos y algunos tramos se hacen difícil de seguir narrativamente. A su vez, eso hace que algunos personajes queden un poco relegados, haciendo su presencia prescindible (tal es el caso de Joey, el hermano de Kuklinski; al mismo tiempo, esto hace que la sólida actuación de Stephen Dorff en ese personaje se sienta un poco desperdiciado). Adicionalmente, The Iceman pierde energía en su último tramo, alargándose un poco más de lo necesario y decreciendo mi interés hasta cierto punto.
A fin de cuentas, The Iceman me entretuvo en líneas generales, aunque, en retrospectiva, no deja mucho a largo plazo y no se distinga particularmente de tantos otros thrillers criminales que rápidamente se funden en la memoria. Aún así, tiene suficientes cosas a su favor para darle una mediana recomendación, particularmente en lo que respecta a los brillantes desempeños de Shannon y Liotta. En resumen, una película decente, pero no esencial; como sea, no me arrepiento de haberla visto y me hizo pasar un buen rato.
Never Look Away (Werk ohne Autor, 2018)
Reseña: Más allá de sus pros y sus contras, Never Look Away es una película indudablemente ambiciosa, que se toma más de tres horas para abarcar múltiples momentos relevantes en la historia de Alemania, mientras seguimos al personaje principal, quien es un pintor, desde su niñez hasta su adultez. Eso permite que presenciemos con lujo de detalle los momentos que moldearon su vida, así como también la gradual manera en la cual fue descubriendo su "voz" como artista. El resultado final no está exento de fallas, aunque afortunadamente, hay abundantes elementos para sostener la atención del espectador.
No obstante, no puede negarse que Never Look Away simplemente trata de abarcar demasiado. Creo que, en esta cinta, había material suficiente para tres o cuatro películas, y, al comprimir todo en una sola, algunos momentos no tienen tanto desarrollo como deberían. Adicionalmente, el carácter excesivamente episódico de Never Look Away hace que la cinta se sienta en más de una ocasión como una mera sucesión de momentos, en lugar de cristalizarse en una narrativa genuinamente unificada. Finalmente, ya que me estoy quejando, también diré que algunos puntos del guion se sienten demasiado forzados, lo cual resta un poco de credibilidad al relato en líneas generales.
A pesar de todas esas quejas, hay mucho para apreciar en Never Look Away. Como dije anteriormente, la cinta dura más de tres horas, lo cual seguramente ahuyentará a muchos espectadores. Sin embargo, en mi caso personal, esa extensa duración se me pasó realmente rápido gracias a la variedad de temas provocativos que aborda el guion y la fluida y precisa dirección de Florian Henckel von Donnersmarck (quien obtuvo merecido reconocimiento con su estupenda película La Vida de los Otros -Das Leben der Anderen, 2006-, aunque luego tuvo un notorio tropiezo en su incursión hollywoodense con El Turista -The Tourist, 2010-, la cual no he visto), por lo cual la película me mantuvo interesado de principio a fin sin el más mínimo esbozo de aburrimiento.
Las actuaciones de Never Look Away son muy buenas, empezando por Tom Schilling como el protagonista en su etapa adulta, quien brinda la credibilidad y el carisma necesarios para establecer empatía con el espectador. El resto del elenco también cumple decorosamente su labor, aunque particularmente quiero destacar el trabajo de Sebastian Koch, quien encarna a un personaje despreciable en muchos aspectos, aunque Koch no olvidó brindarle una dosis de humanidad que lo convierte en una figura compleja.
Por su parte, los aspectos técnicos de Never Look Away son impresionantes. Desde el diseño de producción que nos transporta perfectamente a los diversos períodos históricos que la película retrata hasta la excelente cinematografía de Caleb Deschanel, quien brinda un estilo visual muy atractivo a las escenas pero sin por ello dejar que resalte por sí mismo, Never Look Away luce una producción muy cuidada que resulta esencial para generar una atmósfera específica y hacer al espectador íntimo partícipe de la experiencia.
En conclusión, los atributos de Never Look Away superan sus tropiezos, y eso es razón suficiente para recomendar esta cinta con confianza. Además, von Donnersmarck merece crédito por haberse arriesgado con un proyecto tan épico y grandilocuente como este y haber salido bien parado en líneas generales, aunque quizás tendría que haber moderado un poco su ambición. Por el otro lado, habiendo tantas películas genéricas que no asumen ningún riesgo, es refrescante encontrar una película a gran escala y desbordante de pasión como esta, por lo que, tan solo por eso, merece respeto; y si bien eso no significa que esté exenta de problemas, los mismos se deben a su gran ambición. En pocas palabras, una experiencia imperfecta, pero interesante y merecedora de apoyo.
Home (2008)
Reseña: Home parte de una premisa sencilla: una familia vive frente a una autopista abandonada, hasta que es abierta para la circulación de vehículos, lo cual altera la rutina de esas personas. Sin embargo, desde ese punto de partida, Home logra desarrollar un relato rico en matices psicológicos, además de presentar abundante simbología que cada espectador interpretará de manera diferente. En resumen, sin ser perfecta, Home es una audaz experiencia con mayor profundidad de lo que puede parecer a simple vista.
Home inicia de manera alegre y vivaz, mostrando el apacible trajinar diario de la familia en cuestión. Pero, a medida que el metraje va avanzando, la cinta va gradualmente tornándose más oscura hasta culminar en un final ambiguo pero satisfactorio. En lugar de mostrar la evolución de los personajes, Home nos muestra su involución, mostrando cómo algo aparentemente muy menor puede cambiar diametralmente la dinámica en un grupo humano, haciéndolos ocasionalmente tener actitudes que bordean en la crueldad.
Además, Home cuenta con el beneficio de contar con sólidas actuaciones que transmiten creíblemente todo lo que experimentan los personajes. Desde Isabelle Huppert y Olivier Gourmet como los padres hasta Madeleine Budd, Kacey Mottet-Klein y Adélaïde Leroux como sus hijos, todos logran establecer una buena química mutua como familia, además de sumergirse por completo en sus roles de manera simultáneamente detallada y natural.
A fin de cuentas, Home es una película concisa y eficiente, que logra contar un interesante relato en poco más de noventa minutos sin ningún tipo de relleno y concentrando todo a su mínima expresión. Si bien la ambiguedad del final me dejó satisfecho, quizás hubiera venido bien tener algún remate ligeramente más contundente, pero eso no me impide recomendar esta película como una experiencia inteligente que tiene mucho para decir sobre la naturaleza humana.
jueves, 4 de abril de 2019
Black '47 (2018)
Reseña: Como ya he dicho en otras ocasiones, las películas sobre las cuales más me cuesta escribir son aquellas que no son particularmente buenas, pero tampoco particularmente malas; me refiero a las que simplemente... meh. Black '47 es una de esas cintas; mientras la veía, sentía una total indiferencia hacia todo lo que ocurría en pantalla, pero tampoco puedo decir que la haya odiado. En fin, al menos una película pésima genera una sensación en mí, a diferencia de una como esta, la cual no me deja absolutamente nada... ni positivo ni negativo.
El guion de Black '47, ambientado durante la Gran Hambruna Irlandesa durante el peor año de la misma (1847), me pareció demasiado monótono. Seguimos constantemente a un Feeney, un soldado irlandés desertor de los británicos vengándose por motivos que no conviene revelar, y, al mismo tiempo, un grupo de militares ingleses que sigue su rastro para atraparlo. Eso es básicamente todo, por lo que queda la sensación de que, a grandes rasgos, estamos siempre viendo más o menos lo mismo, sin un gran progreso narrativo ni emocional hasta llegar a un abrupto final que se siente más como un truncamiento que como una genuina conclusión.
En cuanto a las actuaciones, tengo opiniones muy encontradas. En el rol de Feeney, James Frecheville me pareció un cero a la izquierda; su desempeño es totalmente inexpresivo y carente del más mínimo carisma, dos factores que dificultan mucho crear empatía con su personaje. Por el otro lado, como su principal antagonista, Hugo Weaving logra elevar un personaje superficialmente escrito con su excelente actuación, dotándolo de matices y capas que el guion ni siquiera pudo soñar con incluir. Por lo demás, buenos actores como Stephen Rea, Barry Keoghan y Jim Broadbent están desperdiciados en genéricos papeles secundarios.
Entonces, creo que, en pocas palabras, Black '47 es una película anémica. Sin llegar a ser mala, es una experiencia carente de vida y de emoción, lo cual la hace inmediatamente olvidable. En otras palabras, nada de lo que ocurría en ella genuinamente me importaba; simplemente lo veía, sin aburrimiento, pero sin interesarme mucho tampoco. Por lo tanto, no siento que pueda recomendar esta cinta, a pesar de contar con una actuación tan buena como la de Weaving; ojalá este menospreciado intérprete fuera más prolífico.
Destrucción (Destroyer, 2018)
Reseña: Destrucción es una película construída como un rompecabezas, yendo y viniendo en el tiempo para ir armando gradualmente un relato policial. Eso hace que algunas cosas no se entiendan inicialmente, pero luego, se van agregando las piezas faltantes y el espectador puede ir armando la "imagen completa". Ciertamente es una decisión loable, ya que invita a la audiencia a tener una participación activa en la película; pero, en el caso particular de Destrucción, me pareció una estrategia para presentar una historia simple y rutinaria presentada de una manera que la hace parecer más compleja y complicada de lo que realmente es.
Destrucción sigue al personaje de Erin Bell, una policía que participó de agente encubierta con un grupo de criminales con un resultado fallido muchos años antes, y que, en la actualidad, una investigación le hace descubrir que dichos criminales están nuevamente en el ruedo. A su vez, también seguimos la vida personal de Bell, quien tiene una relación conflictiva con su hija adolescente. En lo que respecta a esto último, respeto que se haya intentado añadir un componente emocional al relato, pero la conflictiva relación madre-hija (o padre-hijo en otros casos) ya es un recurso narrativo demasiado trillado, por lo que cansa siempre terminar viendólas llevarse mal, aunque sabremos que, eventualmente, terminarán recomponiendo dicha relación.
En el papel protagónico, Nicole Kidman encarna un tipo de rol en el cual uno no está acostumbrado a verla, y si bien su actuación es buena, su caracterización física en las escenas del presente es tan exagerada y hasta bizarra que termina opacando su desempeño. En otras palabras, me costó compeneterarme con el personaje porque nunca pude olvidar que estaba simplemente viendo a Kidman afeada de una manera que bordea lo grotesco. El resto del elenco hace un trabajo decente, destacando a Bradley Whitford como un abogado despreciable y Jade Pettyjohn como la hija de Bell.
Finalmente, las escenas de acción de Destrucción están bien filmadas. Sin ser particularmente espectaculares ni mucho menos, están hechas de manera clara y realista. No obstante, a pesar de sus virtudes, no logré quedar totalmente satisfecho con Destrucción. Me pareció una cinta que da demasiadas vueltas para, a fin de cuentas, brindar un relato bastante simple que se podría haber contado de manera más concisa y eficiente sin tantos trucos ni recursos innecesarios. En resumen, creo que, en líneas generales, las intenciones de Destrucción fueron mejores que los resultados.
martes, 2 de abril de 2019
We the Animals (2018)
Reseña: We the Animals retrata la vida de una familia compuesta por un matrimonio de clase baja y sus tres hijos varones. Sin embargo, el eje del relato gira en torno a Jonah, el más chico de los tres, quien acaba de cumplir diez años, y empieza a sentir inquietudes y a sentir cosas que antes no, aunque, a fin de cuentas, no deja de ser un niño. En pocas palabras, una combinación de drama familiar y "coming of age" que logra satisfacer principalmente gracias a su bajo perfil y el estilo del director Jeremiah Zagar.
Lo que más me gustó de We the Animals es que no fuerza nada en lo narrativo ni en lo emocional. Simplemente se dedica a observar con sutileza y mesura la vida cotidiana de los personajes, por lo que las emociones se filtran naturalmente. Además, la sensibilidad de Zagar le brinda un toque poético a la experiencia, dotando muchas escenas de un estilo visual simultáneamente bello y austero. Por el lado negativo, el final se siente un poco abrupto. Pareciera que la cinta se quedó sin combustible en sus últimos minutos, por lo que la conclusión se queda un poco corta de fuerza.
Volviendo a lo positivo, tenemos las perfectas actuaciones. Desde los niños Evan Rosado, Isaiah Kristian y Josiah Gabriel (en los roles de Jonah, Manny y Joel, respectivamente) hasta Raúl Castillo y Sheila Vand como sus padres, todos ellos logran establecer una creíble dinámica familiar que hace que logremos aceptar inmediatamente los lazos entre sus personajes. También me gustó que los personajes de los padres cometan errores y hasta acciones ocasionalmente reprobables, pero, a fin de cuentas, poseen una sincera humanidad que permite que el espectador genere empatía con ellos.
A fin de cuentas, me gustó We the Animals por su austero y sensible retrato de la niñez y de los lazos familiares (en ese sentido, creo que podría formar un programa doble junto a la cinta italiana Líbero -Anche Libero va Bene, 2006-). Quienes esperen encontrarse con un dramón hollywoodense deberían buscar por otro lado, ya que We the Animals es una película encarada desde una óptica mucho más íntima y realista, y eso es lo que la hizo interesante en mi experiencia personal.
Copia Certificada (Copie Conforme, 2010)
Reseña: Copia Certificada arranca bastante bien, mostrando la relación que se va desarrollando entre una mujer francesa y un escritor inglés en la idílica región italiana de la Toscana. El ritmo es calmo y fluido, las actuaciones de Juliette Binoche y William Shimell son totalmente orgánicas y las locaciones están bellamente retratadas. No obstante, más o menos a la mitad de la película, ocurre un quiebre que cambia el panorama y hace que la cinta incursione en terreno cada vez más absurdista. Y si bien ese vuelco inicialmente despierta intriga y curiosidad, se lo termina estirando tanto que la experiencia empieza a ponerse un poco tediosa.
Conviene no adelantar nada sobre ese giro, pero solo diré que conceptualmente es muy interesante. Sin embargo, no deja de sentirse meramente como una idea que no logra genuinamente cristalizarse en algo concreto, por lo que el guion termina divagando y mi interés se fue reduciendo cada vez más. O quizás fue innecesario intentar algo radicalmente tan diferente a lo que inicialmente se había planteado, lo cual era quizás más sencillo, pero más interesante, enfocándose en diálogos profundos y bien escritos, pero sin por ello hacer que la película se torne teatral o estática.
Como sea, me cuesta expresar particular entusiasmo por Copia Certificada, ya que, si bien inicialmente había capturado mi atención, luego la cinta se empantana sin nunca poder salir de allí. Aún así, hay suficientes razones para darle una tenue recomendación, aunque con la advertencia de que esta definitivamente no será una película para todos los gustos, principalmente por su carencia de un auténtico eje narrativo.
El finado director Abbas Kiarostami se caracterizaba por películas apoyadas fuertemente en diálogos, sin preocuparse por desarrollar "historias" en el sentido convencional del término (como, por ejemplo, El Sabor de la Cereza -Ta'm e Guilass, 1997- y El Viento nos Llevará -Bad ma ra Khahad Bord, 1999-). Por ello, cuando Copia Certificada mejor funciona es durante su primera mitad, cuando sigue ese mismo esquema, aunque, de todas maneras, Kiarostami merece respeto por su ambición y por haber intentado añadir un toque inusual, aunque lamentablemente no haya funcionado del todo.
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