viernes, 31 de mayo de 2019
The Lobster (2015)
Reseña: No puede negarse que el director Yorgos Lanthimos tiene un estilo muy particular que es indescriptible y no para todos los gustos. Dicho estilo lo ha aplicado con resultados no exentos de interés, pero tampoco totalmente satisfactorios, en géneros como el terror (El Sacrificio del Ciervo Sagrado -The Killing of a Sacred Deer, 2017-) o el drama de época (La Favorita -The Favourite, 2018-). En The Lobster, está aplicado a una comedia absurdista, y aunque no me haya parecido infalible, creo que es la película de Lanthimos que más me ha gustado hasta el momento (al menos de las que he visto).
The Lobster parte de un concepto bastante bizarro: en una sociedad futurista, los solteros son enviados a un hotel en donde tienen cuarenta y cinco días para encontrar pareja; si no lo logran, serán convertidos en el animal que ellos quieran. Lo interesante de The Lobster es que aborda algo tan descabellado como eso de manera seria, lo cual hace sus instancias de humor negro doblemente graciosas por el contraste entre idea y ejecución. En otras palabras, la manera en la cual la dirección de Lanthimos aborda el material lo hace elevarse y brindarle matices y capas adicionales.
También me gustó el mundo creado por Lanthimos para esta película. Tanto el hotel como el bosque cercano tienen una personalidad vibrante y muy particular, y eso nos invita como espectadores a descubrirlos gradualmente con constante curiosidad. Hay tantos detalles que realmente se activa nuestra imaginación y nos da ganas de explorar cada rincón del universo de The Lobster.
Las actores hacen un perfecto trabajo, adaptándose sin dificultad al extraño estilo de la cinta. Colin Farrell es quien más destaca en el rol protagónico, encontrando el punto exacto de "inexpresividad expresiva" que su personaje necesitaba. Todos los demás intérpretes lo complementan sólidamente, aunque me decepcionó ver a John C. Reilly, uno de mis actores favoritos, ligeramente desperdiciado.
Y, ya que empecé a quejarme, diré que la segunda mitad de The Lobster se torna un poco reiterativa, lo cual me cansó un poco en algunos momentos. Adicionalmente, el final me pareció abrupto, impidiendo que el espectador reciba el cierre concreto y contundente que se venía palpitando. Aún así, esas no son fallas graves, y no me impidieron apreciar The Lobster como una retorcida comedia que logra entretener e invitar a la reflexión en igual medida.
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