domingo, 8 de octubre de 2017

Blade Runner 2049 (2017)


Reseña: Vi la original Blade Runner (1982) hace varios años y no recuerdo prácticamente nada de ella, por lo que fui a ver su tardía secuela Blade Runner 2049 con expectativas neutras, aunque la presencia del director Denis Villeneuve me inspiraba un poco de confianza, ya que me gustaron algunas de sus películas previas (Incendies -2010-, La Llegada -Arrival, 2016-). Sin embargo, me terminé llevando una muy grata sorpresa con Blade Runner 2049, ya que logré encontrarme con una buena combinación de estilo y sustancia: además de ser un sublime espectáculo visual y auditivo (si quieren ver esta cinta, es indispensable hacerlo en un cine), ofrece un fascinante guión con múltiples capas y niveles que le brindan una rica profundidad a la experiencia.

Los que hayan visto la película original sabrán más o menos el perfil de lo que ofrece Blade Runner 2049, pero, por si acaso, debo hacer una advertencia para espectadores que vayan más desprevenidos: quienes esperen encontrarse con una experiencia de acción futurista se llevarán un gran chasco con esta película. Por el contrario, Blade Runner 2049 es ciencia ficción pausada y cerebral, y es una auténtica representante de ese género ya que reflexiona sobre cuestiones tales como la humanidad y la existencia a través de un lente fantástico. Como he dicho en otras ocasiones, no me gusta mucho revelar las tramas de las cintas cuando escribo estas reseñas, pero en el caso de Blade Runner 2049, me pongo más enfático, y les recomiendo ir a verla sin saber nada sobre su historia, ya que, de esa manera, se pueden ir "saboreando" poco a poco las revelaciones del relato. Y cuando finalmente llegamos a la acción durante el último tramo, resulta muy satisfactoria, no solo por ser emocionante y estar muy bien filmada, sino porque funciona como un perfecto remate de todo lo que vimos anteriormente, además de servir un genuino propósito narrativo, en lugar de estar injertadas a la fuerza (lo cual es un error común en muchas superproducciones hollywoodenses)

Como ya mencioné en el primer párrafo, los aspectos técnicos de Blade Runner 2049 son extraordinarios, desde la majestuosa cinematografía de Roger Deakins hasta la potente banda sonora, sin olvidar el detallado diseño de producción y la inmersiva atmósfera conjurada por Villeneuve, quien además conduce la experiencia con un ritmo pausado pero jamás aburrido y logra brindarle a toda la película un aire genuinamente épico. Las actuaciones también son buenas, destacando a Ryan Gosling en el rol principal y Ana de Armas, quien fue una auténtica revelación en un personaje del que no conviene adelantar nada, aunque resulta conmovedor y plagado de matices gracias al estupendo trabajo de la actriz.

Cuando salí de ver Blade Runner 2049, ya quería verla de nuevo, porque hay tanto material por escarbar en el guión, y el impacto inicial fue tan abrumador, que harán falta repetidas visitas para terminar de asimilar todo lo que tiene para ofrecernos en el aspecto narrativo (además de poder disfrutar nuevamente los increíbles logros técnicos). Esto también lo he mencionado en otras reseñas, pero los buenos relatos son aquellos que logran funcionar en múltiples niveles, y Blade Runner 2049 no solo es ciencia ficción profunda y fascinante, sino que también es un intenso drama, así como también hay lugar para una historia de amor tan inusual como emotiva. En resumen, muchos espectadores quizás no logren "conectar" del todo con Blade Runner 2049, pero a mi me pareció una gran película, y una muestra definitiva de que un gran espectáculo tranquilamente puede coexistir con grandes ideas.

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