miércoles, 31 de octubre de 2018
King of Devil's Island (Kongen av Bastøy, 2010)
Reseña: Basada en una historia real que ocurrió en 1915 en un reformatorio noruego donde los jóvenes eran maltratados, King of Devil's Island es una experiencia triste y dura, que no es exactamente "entretenida", no porque sea mala (todo lo contrario), sino porque lo que muestra es deprimente e inspirado en cosas tristemente ciertas. Pero, de todas maneras, no se puede negar que es una intensa experiencia cinematográfica que logra despertar emociones fuertes en el espectador.
El director Marius Holst y el guionista Dennis Magnusson evitan que King of Devil's Island degenere en un mero muestrario de sufrimiento. En lugar de eso, ambos logran que King of Devil's Island cuente con una narrativa sólida y bien estructurada, traducida en imágenes con un estilo visual sobrio pero que complementa muy bien la atmósfera fría y aislada de la cinta. Los aspectos técnicos son muy buenos, y demuestran suma atención al detalle.
Las actuaciones de King of Devil's Island son excelentes. Como no podía ser de otra manera, el gran Stellan Skarsgård brinda un soberbio trabajo como el director del reformatorio, brindando gran expresividad y una fuerte presencia escénica. Gracias al desempeño de Skarsgård, el director del reformatorio no es un villano, sino un complejo ser humano que tiene rectitud y buenas intenciones por debajo de su severidad. Los jóvenes que integran el elenco también hacen un perfecto trabajo, y generan auténtica empatía con el espectador.
Finalmente, tengo que hacer una mención especial del final de King of Devil's Island. Obviamente, no entraré en detalles, pero solo diré que hacía mucho tiempo que una película no me hacía sentir un auténtico nudo en la garganta. Entonces, King of Devil's Island indudablemente es una buena película, que no necesariamente se "disfruta", pero que ofrece una auténtica experiencia visceral y emocional para la audiencia.
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