jueves, 16 de noviembre de 2017

68 Kill (2017)

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Reseña: 68 Kill es una película dividida en tres partes bien diferenciadas. En la primera, se establece la premisa inicial (el protagonista está de novio con una "femme fatale" que lo convence de participar en el robo de 68.000 dólares), e inicialmente me molestó un poco la falta de verosimilitud y consistencia en algunos elementos de dicha premisa, pero eventualmente comprendí que 68 Kill no pretendía ser un thriller "serio" y realista, sino una negrísima comedia plagada de violencia, sordidez y sensualidad. La segunda parte se desencadena con la ocurrencia de algunos eventos inesperados, pero fue la que menos me gustó, ya que, si bien no se torna jamás aburrida, pierde un poco de ritmo y emoción. Afortunadamente, esos problemas quedan compensados hasta cierto punto cuando llegamos a la tercera parte, en la cual nos encontramos con giros narrativos tan bizarros como inesperados así como también deliciosos momentos "gore".

A fin de cuentas, el balance general cae del lado positivo, ya que, sin ser algo particularmente notable, 68 Kill indudablemente logró ser una divertida experiencia que logra hacer reír con sus delirantes situaciones, así como también mantener el interés del espectador a base de un guión que siempre termina tomando las tangentes menos esperadas. Matthew Gray Gubler hace un buen trabajo en el papel protagónico, transmitiendo la docilidad de su personaje con convicción y creando empatía con la audiencia. Y ya que estoy hablando de actuaciones, no puedo dejar de mencionar la presencia femenina, la cual es muy importante para el tapiz narrativo de 68 Kill. AnnaLynne McCord (como la mencionada novia) y Sheila Vand (en un rol del cual no conviene adelantar nada) brindan perfectas actuaciones, encontrando un preciso balance entre locura y genuinas emociones; por el otro lado, Alisha Boe (en un papel del cual tampoco conviene decir nada) se siente demasiado insulsa en su rol, el cual creo que hubiera ganado mucho con una actriz más sólida y con presencia más fuerte.

A fin de cuentas, 68 Kill dista mucho de ser una gran película, y no es una experiencia muy memorable a largo plazo. Pero no puedo negar que me divertí mientras la veía, y creo que es una cinta apropiada para relajarse y simplemente dejarse llevar por sus senderos de sangre, sexo y humor negro, sin esperar particular profundidad narrativa ni mucho menos sutileza. Ojalá el director y guionista Trent Haaga vuelva a incursionar en este tipo de cine "grindhouse" en el futuro, ya que ha demostrado buena mano para este tipo de material en 68 Kill.

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