martes, 30 de enero de 2018

El Tren de la Vida (Train de Vie, 1998)

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Reseña: Es definitivamente muy arriesgado realizar una comedia absurdista relacionada con el tema del Holocausto judío, ya que se puede caer muy fácilmente en un terreno desagradable o de muy mal gusto. Sin embargo, debo decir que El Tren de la Vida hizo un buen trabajo en ese aspecto, con amplias dosis de humor, pero sin descuidar la seriedad que amerita una temática de semejante envergadura. Por el otro lado, lamento decir que no me pareció una experiencia totalmente satisfactoria debido a ciertos aspectos de su guión.

El Tren de la Vida cuenta la historia (ficticia) de una comunidad judía que construye un tren para escapar de los nazis y llegar a Palestina (si bien el idioma hablado en la cinta mayoritariamente es el francés, me dio la impresión de que está ambientada en algún lugar de Europa del Este, aunque eso nunca se explicita). La idea es interesante, pero prácticamente toda la película gira en torno a ella, lo cual la hace redundante y ocasionalmente un poco cansada; a fin de cuentas, el espectador termina sintiendo que está viendo todo el tiempo más o menos lo mismo.

Otra falla importante de El Tren de la Vida es que carece de personajes lo suficientemente fuertes para generar empatía en la audiencia. En esta cinta, hay muchos personajes, pero ninguno está abordado con profundidad, por lo que me costó trabajo realmente generar un vínculo con ellos. Y aunque no podría decir que los actores hacen un mal trabajo, tampoco logran dejar su huella. En otras palabras, los personajes de esta película me parecieron prácticamente intercambiables.

Después de todas esas quejas, debo decir que el final de El Tren de la Vida me pareció muy bueno, culminando la experiencia de una manera inesperada y contundente. Por el otro lado, esa conclusión me dejó con ganas de que el resto de la película también me hubiera despertado emociones tan fuertes, pero con todo y sus fallas, creo que El Tren de la Vida gana una mediana recomendación, principalmente por su valentía y crudo final.

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