viernes, 23 de noviembre de 2018
Algunas Horas de Primavera (Quelques Heures de Printemps, 2012)
Reseña: Algunas Horas de Primavera es la tercera película que he visto del director Stéphane Brizé, y ciertamente empiezo a notar su versatilidad como cineasta, ya que no tiene nada que ver con las otras dos que he visto (Una Mujer, Una Vida -Une Vie, 2016- y El Precio de un Hombre -La Loi du Marché, 2015-). Lo mejor de todo es que Brizé sabe adaptar su visión y su estilo a las necesidades de cada proyecto que enfrenta, haciendo que, cada una a su manera, sean películas sólidas e interesantes. Sin embargo, creo que Algunas Horas de Primavera es la mejor película que he visto de este director hasta el momento.
Algunas Horas de Primavera retrata a un camionero recién salido de la cárcel que se instala en la casa de su madre, y al poco tiempo, descubre que esta tiene una enfermedad terminal. Ciertamente suena como la trama de un dramón empalagoso, pero Brizé es un cineasta talentoso que retrata esa temática con pudor, auténticas emociones y buen gusto. Algunas Horas de Primavera es una película donde los detalles son quienes más logran transmitir cosas sobre los personajes y la narrativa, dejando que las miradas y los silencios hablen por sí solos. Esto significa que la cinta tiene un ritmo reposado y carente de exageraciones emocionales, lo cual no la hace aburrida en lo más mínimo, sino doblemente efectiva y emotiva.
A diferencia del enfoque que hubiera adoptado un drama más convencional, en donde hubiéramos visto a una madre y a un hijo que se adoran, los protagonistas de Algunas Horas de Primavera tienen una relación conflictiva que se acerca a la violencia en alguna ocasión. Esto contribuye a brindar dimensión y profundidad a los personajes, resaltando su humanidad y utilizando ello como un inteligente contraste de que, a pesar de lo que demuestran en la superficie, sienten genuino amor mutuo en el fondo.
También ayudan mucho las excelentes actuaciones del elenco entero. Hélène Vincent y Vincent Lindon hacen estupendos trabajos en los difíciles roles principales, teniendo una química tan palpable y creíble que el espectador logra aceptarlos inmediatamente como madre e hijo. En roles secundarios, pero no por ello carentes de importancia, tenemos brillantes desempeños de Olivier Perrier y Emmanuelle Seigner. En esta cinta, todos los personajes logran aportar algo rico y sustancio al tapiz narrativo.
En conclusión, Algunas Horas de Primavera no es una experiencia "divertida" (ni de ninguna manera pretende serlo), pero me pareció una brillante película que logra abordar temas difíciles con abundantes dosis de honestidad emocional y un preciso ojo para los detalles, hasta culminar en un extraordinario final que resulta sumamente emotivo por la delicadeza y sensibilidad con la cual está retratado. Personalmente la recomiendo con total confianza, aunque advirtiendo que puede afectar de manera muy íntima y directa a personas que hayan vivido de cerca situaciones como las que retrata esta cinta.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario