martes, 27 de noviembre de 2018
Cam (2018)
Reseña: Cam se enfoca en una chica que se dedica a hacer chats eróticos, hasta que descubre que una persona idéntica a ella robó su identidad en el sitio web y tomó su lugar en los chats. Realmente me pareció una premisa fascinante, que ofrece potencial para invitar a reflexiones profundas sobre la pérdida de la identidad. Sin embargo, a pesar de partir de un concepto tan atrapante, Cam no me dejó muy satisfecho porque no logra sacarle el jugo y hacer algo realmente sustancioso con él. En otras palabras, la cinta no logra ir más allá de una mera idea, sin saber cómo desarrollar una auténtica narrativa en base a ella.
Básicamente, quedé con la impresión de que la guionista Isa Mazzei no supo qué hacer con la inteligente idea que fundamenta su guion, por lo que la cinta nunca termina haciendo algo concreto con ella, hasta culminar en un final que hace que, en retrospectiva, todo lo que vimos anteriormente parezca inconsecuente y hasta irrelevante. Adicionalmente, aparecen varias incógnitas a lo largo de Cam que nunca se resuelven satisfactoriamente. No me molesta cuando una película no se detiene a explicar cada detalle, pero en el caso de Cam, me quedó la sensación de que todas esas cosas quedaron en el aire porque no se encontró la manera de resolverlas adecuadamente, ya que tampoco se nos brindan las herramientas necesarias para que saquemos conclusiones.
Es curioso que haya visto Cam tan poco tiempo después de haber visto la excelente película Buscando... (Searching, 2018), ya que ambas transcurren casi íntegramente en monitores de computadora (en el caso de Buscando..., la cinta entera transcurre en PCs, celulares y fragmentos de noticieros). Mientras aquella logró mantener un ritmo dinámico y adrenalínico de principio a fin, Cam cae ocasionalmente en cierta monotonía que vuelve un poco cansada la experiencia.
En conclusión, Cam partió de un concepto tan provocativo que se podría haber hecho una película excepcional en base a él. Sin embargo, el guion se quedó bastante corto del potencial que ofrecía esa idea, y se nota la dificultad del director Daniel Goldhaber (quien realizó su ópera prima con esta cinta) para generar dinamismo visual. Eso me impide sentir particular entusiasmo por Cam, ya que es otro caso de una cinta con amplio potencial que termina siendo fallida y poco satisfactoria.
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