viernes, 27 de julio de 2018
Figlia Mia (2018)
Reseña: Vi Figlia Mia hace apenas tres días, y aún así, me cuesta recordarla al momento de escribir este comentario. Supongo que eso habla por sí mismo, pero no quiero dar la impresión de que Figlia Mia me haya parecido una mala película, porque no lo es en absoluto. Simplemente es una de esas cintas que resultan tan genéricas y olvidables que no logran dejar ninguna impresión... tan solo indiferencia. Este es el tipo de película sobre el que más me cuesta escribir una reseña, ya que no me pareció particularmente buena, pero tampoco particularmente mala... simplemente está en un limbo intermedio, lo cual impide generar una reacción propiamente dicha hacia ella.
No obstante, eso no quita que no haya podido apreciar virtudes en Figlia Mia, empezando por las excelentes actuaciones de Alba Rohrwacher, Valeria Golino y la niña Sara Casu (esta última es una verdadera revelación). La atmósfera calurosa y agobiante en Cerdeña está bien capturada por la directora Laura Bispuri, y la experiencia no resulta aburrida escena por escena.
Sin embargo, la dirección de Bispuri se siente apática y distante, lo cual impide que el espectador se involucre realmente en este relato sobre una niña dividida entre su madre biológica y la madre que la crió. Además, cerca del final, el guión recurre a una barata manipulación emocional que no hacía falta, y que se siente como un intento desesperado para compensar la indolencia que la cinta mantuvo durante el resto de la experiencia.
Entonces, no puedo decir que Figlia Mia sea una mala película, pero tampoco puedo decir que sea buena. Es simplemente... meh. En ese sentido, creo que hasta una película pésima es preferible a esta frialdad; por lo menos, hubiera despertado una reacción en mí, independientemente de que dicha reacción hubiese sido negativa.
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