viernes, 27 de julio de 2018
El Ornitólogo (O Ornitólogo, 2016)
Reseña: Tanto por su surrealismo como por su entorno selvático, me resultó inevitable tener muy presente a Sud Pralad (2004) mientras veía El Ornitólogo. Y como Sud Pralad es una de mis películas favoritas, El Ornitólogo se vio un poco desfavorecida en la comparación. Pero, bueno... dejando eso de lado y tomando a esta cinta de manera individual, creo que tiene bastante para ofrecer, sobre todo para aquellos que gusten de este tipo de cine extraño y onírico que no se detiene a dar explicaciones, sino que simplemente ofrece una serie de elementos que cada espectador interpretará de manera diferente.
A mí generalmente me atraen ese tipo de películas, y por eso disfruté El Ornitólogo desde su primera escena hasta el delirante final. El director João Pedro Rodrigues ciertamente sabe crear una atmósfera inmersiva y sugestiva, y la extraordinaria cinematografía de Rui Poças logra que la selva portuguesa termine siendo un personaje más, retratándola con vívidos colores y abundante belleza visual. En cuanto al guión... su apreciación está tan sujeta a la interpretación subjetiva de cada espectador que es difícil hablar sobre él; no obstante, es indudablemente admirable que una cinta tenga la suficiente confianza en la audiencia como para permitirle completar la narrativa en su mente, en lugar de darle todo pre-digerido y servido en bandeja.
Por el lado negativo, El Ornitólogo peca de una cierta pretensión en más de una ocasión y algunos elementos se sienten un poco fuera de lugar (o quizás yo no supe entender su función; en ese caso, mis disculpas). No obstante, creo que hay suficientes cosas interesantes y provocativas en la experiencia que me resultó fácil disculpar esos pequeños tropiezos y simplemente dejarme llevar por el etéreo sabor de la cinta.
Entonces, El Ornitólogo puede tomarse como una película de terror con tintes religiosos, como una extraña alegoría homosexual, como una cinta de aventuras que expresa la supervivencia en la selva de manera metafórica o como una fantasía absurdista. Quizás la película sea todo eso a la vez; quizás no sea nada de eso. No obstante, el punto es no racionalizarla, y simplemente apreciar una experiencia que rompe todo convencionalismo y nos lleva por caminos inusuales que logran activar la imaginación.
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