lunes, 9 de julio de 2018
Saber Dar (Please Give, 2010)
Reseña: La descripción más general que puedo hacer de Saber Dar es que trata sobre los "problemas" de la gente rica. Básicamente, se enfoca en dos familias diferentes (por un lado, un matrimonio de mediana edad con una hija, y por el otro, una anciana muy mayor y sus dos nietas) cuyas vidas se relacionan de manera directa; y como sus vidas son tan apacibles y estables en el aspecto económico, los vemos haciéndose problema por cosas sin mucha importancia. Si bien la experiencia parecía medianamente simpática al principio, eventualmente me terminó aburriendo un poco su ausencia de un conflicto lo suficientemente fuerte o, al menos, un arco narrativo más definido.
La directora Nicole Holfcener no demuesta particular visión o personalidad detrás de las cámaras, lo cual le brinda a Saber Dar un estilo apático y visualmente plano. Por su parte, el guión se queda sin combustible demasiado pronto, y, cerca del final, adquiere un tono excesivamente melodramático, el cual empalaga un poco al mismo tiempo que se siente fuera de lugar, ya que lo que viven los personajes nunca me pareció lo suficientemente dramático; como dije en el párrafo previo, simplemente son personas que, como no tienen problemas, los inventan de las cosas más ínfimas e irrelevantes.
Lo que logra que Saber Dar resulte pasable son principalmente las perfectas actuaciones del elenco entero, empezando por Catherine Keener y el gran Oliver Platt como el matrimonio, brindando credibilidad y genuinas emociones a personajes carentes de dimensión y profundidad. Por su parte, la fallecida Ann Morgan Guilbert roba todas sus escenas como la anciana, y también hay que hacer mención del sólido desempeño de Rebecca Hall y Amanda Peet como sus nietas.
Entonces, los actores se encargan de mantener Saber Dar a flote hasta cierto punto. Por el otro lado, me pareció una cinta con un guión poco atrapante y una dirección anónima que no aporta mucho a la experiencia, por lo que me cuesta recomendar esta película. No necesariamente estoy en contra de las películas sobre gente rica, siempre y cuando se encarguen de desarrollar personajes multi-dimensionales envueltos en situaciones interesantes, lo cual no fue el caso de Saber Dar.
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