viernes, 27 de julio de 2018
Pasión de Amor (La Veuve de Saint-Pierre, 2000)
Reseña: Antes que nada... ¿¡Pasión de Amor?! De todos los títulos que los distribuidores argentinos asignan a las películas, este está entre los peores (lo cual ya es decir bastante). Para empezar, el título suena feo porque lo que dice es una redundancia. En segundo lugar, ese título no tiene nada que ver con la trama de la cinta, dando la impresión de que se trata de un drama romántico cuando la película no tiene nada que ver con ese género. En fin... mejor enfocarse en la película misma que en los furcios de los distribuidores.
En la trama de Pasión de Amor, ambientada entre 1849 y 1850 en el archipiélago de San Pedro y Miquelón, encontramos a un hombre que comete un asesinato estando borracho y es eventualmente condenado a muerte. No obstante, en el período que se espera la llegada de la guillotina para llevar a cabo la ejecución, la esposa del capitán encargado de custodiar al prisionero le da la oportunidad de hacer trabajos ayudando a la comunidad, y ahí se empieza a convertir en una persona muy querida por todos. Suena un poco edulcorado, y lamentablemente lo es, por lo que se cuela un sentimentalismo algo excesivo en más de una ocasión.
Además, el guión sigue una ruta muy predecible, por lo que ocasionalmente termina cansando un poco, ya que sucede todo lo que sabíamos que iba a pasar. Por su parte, los personajes están presentados de manera groseramente subrayada: los malos son muy malos, los buenos son muy buenos y la conversión del prisionero en una buena persona es demasiado burda y poco creíble. No hay matices; todo es blanco o es negro en esta película.
Por el lado positivo, los sólidos aspectos técnicos (la cinematografía es particularmente notable) y las excelentes actuaciones de Daniel Auteuil (como el capitán), Juliette Binoche (como la esposa) y Emir Kusturica (como el prisionero) hacen que la película se deje ver, a pesar de que me haya cansado un poco ocasionalmente y de que su aspecto emocional me empalagó ligeramente. No obstante, aunque Pasión de Amor no me haya dejado muy satisfecho, me sigue sorprendiendo el eclecticismo del director Patrice Leconte, ya que esta es la tercera película que he visto de él (las otras dos fueron La Chica del Puente -La Fille sur le Pont, 1999- y Man on the Train -L'Homme du Train, 2003-) y todas son completamente diferentes en estilo y tramas, lo cual hace que tenga interés en seguir escarbando en su filmografía.
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