jueves, 17 de enero de 2019
Wildlife (2018)
Reseña: A grandes rasgos, Wildlife cuenta un tipo de historia que ya se ha visto en varias ocasiones: durante la década del '60, un matrimonio de clase trabajadora con un hijo se ve en problemas cuando él pierde su empleo, y tienen que ir buscando la manera de sobrevivir en el día a día, al mismo tiempo que presenciamos el "coming of age" del hijo. Sin embargo, lo que distingue a Wildlife es el buen ojo para los detalles que demuestra el director Paul Dano (prolífico actor que realiza su debut como cineasta en esta cinta), dejando que las pequeñas cosas digan mucho sobre los personajes y las cosas que experimentan. El resultado final es una película sencilla y sin grandes pretensiones, pero interesante y emotiva.
Dano demuestra sutileza y bajo perfil como director. Incluso la reconstrucción de época, la cual está muy bien lograda, nunca busca llamar la atención por sí misma, sino acoplarse naturalmente al relato. Por su parte, los personajes están escritos de manera humana y multi-dimensional, lo cual permite que la audiencia se identifique con ellos y comparta lo que les pasa de manera más íntima. Finalmente, la cinematografía de Diego García demuestra un buen manejo de la paleta de colores, dotando de personalidad y un sabor distintivo a todos los lugares donde transcurre el relato.
Los actores también tienen un desempeño muy bueno, adaptándose perfectamente a la sobriedad de la cinta. Ed Oxenbould es una revelación como el hijo del matrimonio, demostrando amplia expresividad y transmitiendo el genuino amor que siente por sus padres a pesar de los errores de ambos. Jake Gyllenhaal y Carey Mulligan también destacan, componiendo personajes complejos y brindándoles sinceridad; además, ambos saben generar muy bien la dinámica entre sus personajes, por lo que resulta muy fácil aceptarlos como un genuino matrimonio con constante tensión y fricciones entre ellos.
En conclusión, Wildlife me gustó bastante, y revela abundante potencial en Dano en su nueva faceta de director, demostrando una madurez y una visión que no suelen ser frecuentes en un debut. Entiendo que el pausado ritmo de Wildlife y su carencia de momentos lacrimosos o manipuladores (como quizás encontraríamos en dramas encarados de manera más "hollywoodense") podrían dejar afuera a algunos espectadores, pero yo justamente la aprecié por tomar un camino más sutil, y por ello más rico y emocionalmente satisfactorio.
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