jueves, 17 de enero de 2019
Suspiria (2018)
Reseña: Ante todo, debo confesar que, hasta el momento, no he visto el clásico de culto Suspiria (1977). Por ello, empecé a ver su nueva versión con expectativas neutras, y sin saber exactamente con qué me iba a esperar. El resultado final fue irregular, aunque no puede negarse que Suspiria contiene suficientes momentos podersos que quedarán en mi memoria durante largo tiempo, y tan solo por eso, creo que vale la pena darle un oportunidad.
Suspiria está ambientada en el año 1977, y retrata a Susie, una bailarina estadounidense que llega a Berlín para incorporarse a una academia de danza que guarda algunos macabros secretos. La cinta empieza de manera intrigante y atmósferica, además de estar respaldada por la excelente música de Thom Yorke y la atractiva cinematografía de Sayombhu Mukdeeprom. Sin embargo, Suspiria tiende a divagar más de lo necesario en la parte media, cansando un poco ocasionalmente y extendiendo innecesariamente la duración hasta las dos horas y media. Afortunadamente, eso se compensa cerca del final, cuando llegamos a una extensa secuencia tan delirante como grotescamente hipnótica, además de un epílogo que cierra la experiencia de manera críptica y hasta tenebrosa.
El director Luca Guadagnino hizo en Suspiria una película tan diametralmente opuesta a su cinta previa, Llámame por tu Nombre (Call Me by Your Name, 2017), que cuesta creer que ambas sean del mismo cineasta. Como sea, demuestra un buen manejo de los climas y del lenguaje visual en Suspiria, además de orquestar bizarros y únicos momentos que realmente no recuerdo haber visto en ninguna otra película. En lo único que Guadagnino trastabilló un poco fue en la edición, ya que creo que se podrían haber recortado varios momentos de la parte media que restan energía a la experiencia general, y, en el peor de los casos, incluso terminan aburriendo un poco.
En cuanto al elenco, tengo opiniones encontradas. Francamente, Dakota Johnson me pareció bastante floja en el papel de Susie. Al igual que me ocurrió en la reciente Bad Times at the El Royale (2018), el desempeño de Johnson me pareció insulso y carente de carisma, por lo que creo que cargar con un rol protagónico le queda demasiado grande. De hecho, me gustó mucho más el trabajo de Mia Goth como una compañera de Susie en la compañía de danza, demostrando mucha más credibilidad y presencia escénica. Por su parte, el desempeño de Tilda Swinton es perfecto, como ya nos tiene acostumbrados, logrando transmitir un aura escalofriante tan solo con su mirada.
En conclusión, Suspiria dista de ser perfecta, pero sus virtudes son lo suficientemente sólidas para hacerla merecedora de una recomendación para quienes busquen una película de terror concebida de manera mucho más artística y refinada de lo que estamos acostumbrados a encontrar en este género. La recomiendo con la advertencia de que no será para todos los gustos, y de que habrá que sobrellevar algunos momentos cansados para obtener valiosas recompensas que hacen que la balanza general termine cayendo del lado positivo.
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