lunes, 4 de febrero de 2019
Desayuno en Plutón (Breakfast on Pluto, 2005)
Reseña: Desayuno en Plutón retrata la vida de un joven travesti que fue abandonado por su madre cuando era bebé, y siempre estuvo obsesionado con conocerla, por lo que viaja desde Irlanda hasta Inglaterra para poder encontrarla y conocerla. La película (basada en una novela escrita por Patrick McCabe) cuenta ese relato dividiéndolo en un extenso número de capítulos, y el resultado final es irregular, aunque no exento de interés.
La razón de esa irregularidad es justamente el hecho de que la cinta esté dividida en capítulos, ya que algunos funcionan mejor que otros. De todas maneras, la consecuencia más molesta de ello es que nunca sentimos que estamos presenciando una narrativa cohesiva y unificada, sino una mera sucesión de viñetas, de las cuales algunas son simpáticas y entretenidas, mientras otras se tornan irrelevantes y tediosas. Quizás eso se haya debido a una deficiente adaptación cinematográfica de la novela original, pretendiendo condensar demasiado material en poco más de dos horas.
Afortunadamente, en el balance general, son más los momentos que funcionan en Desayuno en Plutón que los que no. Adicionalmente, creo que la película logra un eficiente balance entre un agradable sentido del humor y momentos emocionales que resultan sinceros y emotivos. También ayudan mucho las excelentes actuaciones del elenco entero, empezando por el impecable desempeño de Cillian Murphy en el personaje principal, resultando sutil, expresivo y sumamente creíble. Todo el resto del elenco también encaja a la perfección en sus papeles, destacando a Liam Neeson como el sacerdote que crió al protagonista, demostrando lo desperdiciado que ha generalmente estado en los papeles de acción en los cuales eventualmente terminó encasillado.
En conclusión, Desayuno en Plutón ofrece suficientes virtudes para compensar hasta cierto punto sus fallas, por lo que creo que eso basta para hacerla merecedora de una moderada recomendación. Le hubiera hecho falta un guion más fluido y compacto para ser totalmente satisfactoria, pero aún así, vale la pena verse por sus buenos momentos, sólidas actuaciones y la exuberante visión del director Neil Jordan. Ah, y por la excelente banda sonora.
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